A pesar de que tienen que luchar contra el mercado chino, los juguetes electrónicos y los videojuegos, los artesanos de juguetes de madera han encontrado la manera de hacer sus productos atractivos, pues aseguran que son juguetes tradicionales y nunca van a pasar de moda.  

Miguel García Conejo 

"Bajó un poco la venta, lo que pasa es que los niños y los papás prefieren los juegues chinos, porque son baratos. Este año no nos fue tan bien, antes nos quedábamos sin nada y ahora tenemos todavía mucho”, comentó una de las artesanas mientras su nieta mostraba los juguetes a los visitantes. 

Los papás siguen comprando caballos, caballetes, los pupitres, trailers, carros, cocinas, salitas, baleros, yoyos, trompos, caballitos mecedores, porque son tradicionales, son con los que jugaron ellos, los que también les regalaban cada año y aunque no son los que buscan los niños actuales, los Reyes Magos se los siguen llevando porque son lo que les gustan a los papás, aseguran los magos de la madera. 

"Aquí en San Antonio hay unos 12 talleres que venden directamente al consumidor, y mandamos nuestros productos a toda la República, sobre todo al estado de Veracruz". 

Los artesanos señalaron que la situación, aunque es delicada, no es imposible de cambiar, pues su principal problema no es que no se venda, sino que mucha gente no los ubica. 

"No nos podemos quejar, porque entre más lo hacemos peor nos va, menos publicidad nos hacemos. Nuestro trabajo es tradicional". 

A pesar de que muchas personas han solicitados a los artesanos que también vendan juguetes de lámina, éstos han decidido no fabricarlos más, pues había muchos accidentes como cortadas o picaduras. 

"Nada del material que le metemos a nuestros productos es tóxico, incluso la pintura que utilizamos es vegetal, pues queremos que los niños puedan jugar con nuestros productos sin riesgos, que sepan que no les va a pasar nada y que son de primerísima calidad". 

Cabe resaltar que la producción artesanal de juguetes madera, cuyos costos van de 5 a 150 pesos, tiene más de 100 años de tradición, por lo que más de la mitad de los vecinos de este municipio saben elaborarlos. 

(Foto: Luz Gutiérrez)