Esta vez el cineasta surcoreano llega a la pantalla grande con Parasite cargada de un gran mensaje explícito: el peor monstruo de la sociedad es la sociedad misma. La cinta es un lienzo crítico lleno de trazos de humor negro y distintas tonalidades de tragedia. La trama va escalando cada vez más y más hasta que llega al punto de asfixia y lo único que queda es la inminente caída libre. Antes de entrar en materia he aquí una breve trayectoria de su director.

Jorge Rojas

"El cineasta surcoreano Bong Joon-ho se recibió en sociología en la Universidad Yonsei a finales de 1980 y fue miembro del club de cine allí. A comienzos de 1990 completó un programa de dos años en la Academia Coreana de Artes Fílmicas. Su trabajo de graduación "Recuerdo en el Cuadro e incoherencia" fue convocado a proyectarse en los festivales internacionales de cine de Vancuover y Hong Kong.

Ha participado en películas incluyen el drama criminal Memories Of Murder (2003), la película de monstruos The Host (2006) y la película de acción de ciencia ficción Snowpiercer (2013); las dos últimas están entre las películas más taquilleras de todos los tiempos en Corea del Sur. En 2019, su película Parasite ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes" Wikipedia.

Regresando a su obra ganadora de la Palma de Oro, como ya fue mencionado en la introducción de este texto, el mensaje principal es que la sociedad es su propio monstruo, dado que imprime la putrefacción que ya se viene dando desde hace unos cuantos años en la humanidad, desde antes de los griegos si no se pretende que todo estaba "mejor antes".

Esta muy claro y ya visto el rol que tiene cada una de las clases sociales de la película: Los burgueses, quienes lo único que tienen son medios de producción, dinero y propiedades; y el proletariado, quienes con lo único con lo que cuentan es su fuerza de trabajo e ingenio, por llamarlo de alguna manera.

He aquí la crítica (pueden verla como constructiva o destructiva, eso dependerá de ustedes) a la película ya que en cuestiones técnicas (fotografía, sonido, música, guión, actuaciones, etc.) es impecable, sin embargo, el mensaje secundario es el que genera ruido, pues de alguna manera fomenta ese concepto clasista de que los ricos son "ingenuos e inocentes" mientras que los pobres se "aprovechan" y "se pasan de la raya" de cualquier oportunidad que les llega. Tal vez sea parte del mismo humor y crítica del director pero no está de más ponerlo sobre la mesa.

"Ella no es agradable pero es rica; es agradable porque es rica".

Para concluir, la película es altamente recomendable, la trama es predecible pero lo suficiente, tiene vueltas de tuerca que sorprenden, emocionan y aceleran el bombeo sanguíneo, y el guión cuenta con paradojas interesantes que son parte de la personalidad de los personajes (justo en la primera escena el papá resalta esta parte). En resumen, la película es imperdible, no obstante, como en todos los productos que ofrecen los medios, hay que evitar consumirla sin múltiples reflexiones postespectador.

(Foto: Redes)