Entre 2015 y 2018 se identificó que el uso de formatos digitales de lectura incrementó de 5.1 por ciento a 10.7 por ciento; este fenómeno corresponde al desarrollo de la civilización, sin embargo, estos cambios tecnológicos, culturales y sociales, representan un gran reto en países como México donde más de la mitad de la población no concluye un libro al año.
Marcela Moreno
Para 2018 solo 45 por ciento de la población mexicana aseguró leer al menos un libro al año: de dicho total 40 por ciento optó por literatura, de uso universitario 33 por ciento, autoayuda o superación personal 28 por ciento y cultura general 23 por ciento (Inegi 2018).
Al respecto, la bibliotecóloga y docente en la Facultad de Humanidades de la UAEM Gloria Cruz comentó que hay una resistencia a la lectura ya que no se fomenta el hábito desde el hogar y la creciente cultura de la inmediatez y flujo constante de información.
“Primero no comprendemos qué es un libro o una biblioteca y ahora con la globalización surge la sociedad del conocimiento y de la información donde una de las características es el buen uso de las tecnóloga, nos llega un bombardeo con el internet, el acceso a la red donde hay diferentes fuentes y la facilidad de acceder a la información trajo que la gente sea más dispersa y se interese menos en sentarse a leer un libro que requiere más tiempo de su atención".
Por ello aseguró que el poco fomento en la sociedad, la familia y en las instituciones educativos ha hecho que a los libros se vean solo como un instrumento para aprobar una materia y no como herramienta de transformación social.
"No hemos aprendido a gatear y ya nos piden correr, por eso creo que esto ha credo una resistencia”.
En este sentido, aseguró que es importante tener presente que hablar del libro es hablar de la necesidad del hombre por preservar la memoria de la humanidad desde las tablillas de arcilla hasta el libro digital.
"El caso de los papiros también es uno de sus antecedentes y desde sus primeros momento buscó preservar el conocimiento de hecho vividos y administración de la propia sociedad".
Explicó que, aunque hay una aversión por la lectura, los libros tienen un gran poder que se ha observado a lo largo de la historia.
"Tan solo en el medioevo había textos de la época de los griegos como los de Aristóteles que estaban prohibidos por su contenido y solo había bibliotecas conventuales exclusivas para los monjes que podían acceder porque era para controlar a la sociedad".
Otro ejemplo, dijo, es la biblia "muchas sociedades pudieron controlarse a través de estos, también hay novelas que han tenido impacto como el Jorobado de Notre Dame que volvió un icono dicha iglesia que estaba en decadencia y se restructura gracias a la novela de Víctor Hugo".
Agregó que Charles Dikens fue un autor que incluso cambió su entorno ya que gracias a lo que escribe influyo para el reconocimiento de los derechos de los niños.
"Sus cuentos infantiles escritos en el siglo XIX tuvo un impacto porque ayudaron a que surgieran los derechos infantiles".
Otro caso es Cuba donde en 1800 estaba el auge de la industria de tabaco, pero como era un trabajo monótono le pagaban a una persona para que les leyera en voz alta, entre los textos que se popularizaron se encuentra el Conde de Monte Cristo de Alejandro Dumas.
"Y a raíz de eso mandan una carta a Alejandro dumas para colocarle el nombre a unos cigarros que se llama Monte Cristo; o la Amante de lady de Chatterley libro inglés que influyó en la revolución sexual de los años 60s junto con los movimientos hippies".
Compartió que en el caso mexicano el surgimiento de las bibliotecas se da después de la revolución mexicana, lo cual aportó a que el índice de analfabetismo disminuyera ya que se fomentó el acceso a la educación y a los libros, sin embargo, con el tiempo esto se fue olvidando.
"Surge el departamento de biblioteca que era coordinado por la SEP y lo que hicieron fue implementar el libro de texto gratuito".
La sociedad mexicana tiene como prioridad satisfacer necesidades básicas y el libro se piensa más como un lujo al que acceden solo aquellos que pueden adquirirlo o que en su casa ya existe esta dinámica.
Aunado a lo anterior señaló que, aunque no se ha superado el reto de fomentar en las masas el gusto por la lectura, hoy en día hay nuevos desafío como las tecnologías de la información.
"En México se ha intentado implementar en educación básica uso de tecnología e internet como la enciclopedia y el iPad que son proyectos que han fracasado, porque no se cuenta con la infraestructura ni con las habilidades digitales".
Si bien el E-book no deja de ser libro ya que solo cambia su soporte no basta con acceder a él.
“Ya nos alcanzó el futuro, pero no estamos preparados para afrontarlo, existen brechas digitales, por eso no podemos simplemente transitar al desarrollo digital, se trata de la cura y la enfermedad".
Para concluir, señaló que hay que apostarle a la materia gris fresca, es decir lo niños, el primer acercamiento tendría que ser de los niños, han fallado los mecanismo de como intentamos acercar ese instrumento a la sociedad, se necesitan estrategias, concluyó.
(Foto: Luz Gutiérrez)
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