Abraham Paramo trabaja la alfarería en barro con técnica torno desde que era pequeño, vio a su padre y abuelo transformar un puño de tierra en creaciones únicas que, además, le dieron sustento por muchos años, ahora adoptó la tradición con figuras tradiciones e invenciones propias.
Marcela Moreno
“En mi familia empezaron este oficio hace 80 años, lo empezó mi tatarabuelo que se llamaba Pedro Paramo, él vivía en Michoacán, después mi abuelo llegó al Estado de México a hacer cazuelas, después mi tío y mi papá continúan con esta práctica que me heredaron a mi desde muy niño” comentó.
Explicó que el barro que usan proviene de Santiaguito tlalcilalcali en donde él mismo lo extrae de las minas, posteriormente lo secan al sol, lo muelen, lo revolvemos con agua y con el polvo más fino hacen una base para la mezcla, una vez que tienen la masa adecuada se tapa con un hule.
“Este proceso requiere un par de horas, pero si aparte los quieres hornear y pintar requiere unos 4 o 5 días”.
Aseguró que con los años la demanda ha crecido, pero lamentó que aún no hay una cultura del valor artesanal y mucha gente aún pide que les den precios más bajos de los solicitados.
“Nos emociona que la gente tenga interés, pero siguen regateando, por eso en ese momento les digo que vean cómo lo hacemos para que lo valoren, les das la explicación y me ha pasado que después de verlo hasta me dan más de lo que les pido”.
Para concluir, invitó a la población a consumir local, a que valoren los productos mexicanos, “un ejemplo es el pulque antes el papá raspaba, murió sigue el hijo, murió sigue el nieto, pero que pasa ahora les da pena, entonces es importante que no se pierdan las tradiciones y que se dé a conocer este tipo de trabajos”.
(Foto: Marcela Moreno)
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