Para agravar de tres a cinco años de prisión la penalidad del delito de lesiones causadas dolosamente mediante el uso de ácidos, sustancias corrosivas, o químicos, sin importar el género de la persona contra la que se cometa, además de incrementar la sanción, hasta en una mitad, cuando la víctima sea mujer, la diputada Guadalupe Mariana Uribe Bernal presentó una iniciativa de reforma al Código Penal del Estado de México.
Redacción
La presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género explicó que este tipo de ataques son una modalidad de agresión violenta que consiste en arrojar ácido en el cuerpo de una persona con la intención de desfigurarla, mutilarla, torturarla o asesinarla.
Mencionó que ácidos más comunes en estos ataques son el sulfúrico, que se extrae muchas veces del motor de coches o motocicletas, el nítrico y el clorhídrico, comúnmente utilizado como producto de limpieza y, por ende, de fácil acceso.
Los agresores, detalló, suelen arrojar el ácido al rostro de sus víctimas, causando graves lesiones al fundir la piel y exponer los huesos, que en ocasiones llegan a disolverse; algunas víctimas también pierden la visión de uno o de los dos ojos.
Además de las secuelas físicas permanentes que afectan su imagen, las víctimas quedan traumatizadas de por vida psicológicamente, sufren aislamiento familiar y social, y su estatus económico se ve afectado por las discapacidades producidas por el ataque y las pérdidas económicas derivadas de largos tratamientos médico-quirúrgicos, señaló Mariana Uribe.
Advirtió que la organización Acid Survivors Trust International (ASTI) calcula que anualmente ocurren en el mundo mil 500 agresiones con ácidos y sustancias corrosivas, de los cuales 80% son en contra de mujeres, aunque se estima que esta cifra únicamente refleja el 40% de los casos ya que la mayoría no se denuncian.
De las víctimas de estos ataques, precisó, 40% son mujeres menores de 18 años a las que se busca causar un daño físico y psicológico brutal y permanente, para causarles la muerte social y condenarlas al ostracismo; en la gran mayoría de los casos los perpetradores son hombres conocidos por la víctima.
En lo que respecta a México, puntualizó que cada vez más mujeres son atacadas con ácido, una forma de violencia de género, a veces cometida por la propia pareja, que tortura y genera daños casi siempre irreversibles, aunque no se tiene una cifra o estadística sobre este delito, ya que no se encuentra tipificado y se le clasifica como lesiones.
La legisladora mencionó que México es un lugar cada vez más hostil para ser mujer, con altos índices de violencia, inseguridad e inequidad de género; que la entidad ocupa el primer lugar, con un total de 339 crímenes mortales contra mujeres, de los cuales 258 son catalogados como homicidios dolosos y el resto, 81, como feminicidios; que México es el país número uno en feminicidios en América Latina, y que sólo el 1.5% de los feminicidas reciben algún tipo de castigo.
La legisladora agradeció la presencia en el Pleno de Carmen y Esmeralda, víctimas de ataques por ácido, así como de la doctora Rosa María Oviedo, presidenta de la Comisión de Selección Municipal del Sistema Municipal de Anticorrupción del Municipio de Naucalpan,
El caso de Carmen fue catalogado por la diputada Uribe como una muestra del objetivo cruel e inhumano que se busca con este tipo de lesiones: causar una secuela de heridas que sean visibles y que estigmatice de por vida a la víctima, recordándole cada día el terrible suceso que la llevó a estar en hospitales y sin recursos económicos para sobrevivir.
La iniciativa, a la que pidió sumarse la diputada Brenda Escamilla Sámano, del Grupo Parlamentario del PAN, fue remitida a la comisión de Procuración y Administración de Justicia, para su dictamen.
(Foto: Especial Portal)
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