Ceguera y baja visión, segunda causa de discapacidad en México

Desplazarse en la comunidad, usar una computadora o un celular, ver la televisión, tomar el autobús, o realizar cualquier actividad en general, son cosas que, quienes no poseen una discapacidad visual, ha dado por sentado, a tal grado que ignora e incluso olvida a aquellas personas que tienen que encarar día a día una realidad que sería imposible siquiera imaginar.

José Uribe/Mario Montoya/Dulce Mendoza

“Vemos con el Corazón”, es una fundación que desde hace 20 años brinda un espacio de apoyo y capacitación a la comunidad del Valle de Toluca que posee una discapacidad visual. Neftalí Salmerón Sánchez, quien funge como psicóloga en dicha fundación desde sus inicios, menciona que la dificultad que enfrenta una persona con esta discapacidad es primordialmente el hecho de que la sociedad les subestima:

“[…] Ellos son personas completamente normales, toman el transporte público, navegan solos por la ciudad, hacen presentaciones en Power Point, leen y escriben, hacen todo lo que cualquiera podría hacer, pero se les subestima mucho allá afuera […].”

En México el 33% de las personas con alguna discapacidad visual son personas de entre 30 y 59 años de edad y el 48.8% son mayores de 60 años, la Dr. Neftalí explica:

“[…] La mayoría de nuestros alumnos, que son mayores de edad, los hombres son jefes de familia, las chicas, las alumnas son mamás o mujeres trabajadoras, entonces en casa se desacomoda todo, muchos de ellos han tenido que pensionarse o dejan de trabajar, entonces económicamente dejan de ser activos […] La causa más común por la que un adulto adquiere una discapacidad visual es por la diabetes, cuando no es atendida adecuadamente genera tumores en el cerebro y estos terminan por causar, entre otras cosas, pues ceguera.”

Karen González Garduño, quien es licenciada en psicología, ella es ciega por razones congénitas e imparte las clases de braille a las personas que asisten a la fundación, hace hincapié en que la sociedad debe repensar desde la forma en la que habla hasta la forma en la que actúa:

“La discapacidad no hace difícil la vida, sí la hacen los pensamientos y acciones de los demás […] ¿Qué hacer?, eso, recapacitar y hacer conciencia en que es una condición que puede llegarnos a cualquiera, y que, si no ha sido así tenemos la oportunidad de contar con todos nuestros sentidos, pues usémoslos para apoyar al otro […].”

En México el 17.2% de las personas con esta discapacidad son menores a quienes se les intenta brindar el mayor apoyo posible, desde fisioterapia hasta conocimientos que los hagan autosuficientes en el futuro y así poder generar ingresos a través del auto empleo.

Los obstáculos físicos que tiene que sortear este sector de la población no son un asunto menor, en el Valle de Toluca hay muy poca infraestructura, las calles, las casas, las banquetas y básicamente cualquier lugar de transito público, carecen de las condiciones mínimas que faciliten la vida a las personas con discapacidad visual:

“Las coladeras, por ejemplo, si uno que sí ve, se cae a veces, pues imagínate ellos, la pavimentación es otra, ustedes al entrar vieron que el árbol que está aquí enfrente ya botó la banqueta con sus raíces, las tiendas que luego ponen sus letreros hasta afuera, si chocas con su letrero y el de la tienda es buena onda, pues no pasa nada, pero si no, pues ya te ganaste ahí una que otra grosería, eso, la cuestión también de los medidores de las casas que están expuestos y a la altura de la cara, entonces sí tengo alumnos que han llegado golpeados de la cara, también los postes a mitad de la banqueta, al final son cosas que sí se podrían modificar, pero pues . . . vaya es complicado, yo creo que es cuestión de tener un poquito de conciencia, y al final el beneficio no es solo para la gente con esta discapacidad, el beneficio sería para todos, en realidad […]”. Dra. Neftalí Salmerón Sánchez.

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera, el número de personas ciegas en el mundo se duplicará en los próximos veinte años, y el 75% perderán la visión innecesariamente ya que las causas son completamente evitables y tienen cura, como lo es la diabetes y sus efectos.

Al final del día, la vida de una persona con discapacidad visual se dificulta por razones que en realidad no tienen tanto que ver con su discapacidad como con la ignorancia sobre el tema y la falta de empatía de la sociedad que los rodea, una sociedad que los invisibiliza y los ignora. No es una cuestión de blanco y negro en donde el problema es solamente de infraestructura, el problema es toda esa gama de grises en medio, si la sociedad comienza a tomar en cuenta a sus integrantes con dificultades y los apoya, el beneficio, en palabras de la psicóloga Neftalí, será para todos.