El territorio mexiquense es uno de los estados co mayor número de estos recintos, al contar con 79 museos donde se encuentran propuestas pictóricas y escultóricas diversas; uno de los más representativos es el Museo Virreinal de Zinacantepec el cual se encuentra al interior del ex convento de San Miguel
Marcela Moreno
En todo el país existe una gran variedad de museos donde se resguardan tesoros históricos y artísticos que permiten a la población conocer cosas nuevas, aprender de otras épocas y perspectivas, así como ser parte de los movimientos culturales.
Este espacio donde se llevan a cabo diversas actividades culturales y religiosas, guarda una historia de más de 400 años y cuenta con una biblioteca con algunos de los primeros ejemplares que se reprodujeron en la imprenta, además de ser hogar de una piedra bautismal monolítica considerada una de las más grandes del mundo.
Sobre este recinto, Cesar Alejandro Castro, quien fue director del lugar, comentó que este lugar surgió como un proyecto de evangelización durante la Colonia, proceso que se dio en todo el país del cual resultó un gran sincretismo, mismo que se pueda observar en la actualidad.
“Derivado de la conquista española se encomendó a la orden de los franciscanos evangelizar a la población de la zona, por ello se iniciaron los trabajos de construcción del convento en el año 1550, y que hoy, ya concluido, es un referente histórico del municipio”.
Por otro lado, aseguró que algunos detalles de esta construcción hacen referencia al momento histórico en que se construyó, es decir, que guardan los rastros de una transculturación que se observa en la sencillez de la propia orden franciscana, la cual pregonaba el principio de austeridad.
Aunado a lo anterior también hay detalles propios de los pueblos indígenas invadidos quienes escondieron entre estos muros partes de su cosmovisión y pensamiento que fue opacado por los invasores, lo cual hoy en día se conoce como el estilo tequitqui.
“Y no solo eso, es interesante ver que también se pueden encontrar rasgos arquitectónicos de los musulmanes, así como decorado isabelino y arte mudéjar, que dan como resultado una gran belleza arquitectónica, que incluso es considerada patrimonio nacional” comentó.
El entrevistado aseveró que como parte de los procesos de catequesis se creó la capilla abierta que actualmente es la que recibe a los visitantes tanto creyentes como laicos que diariamente pasean por este espacio, donde además se exhibe la pila bautismal monolítica considerada una de las mas grandes del mundo, fechada en 1558, una pieza que se ha convertido en una de las reliquias más valiosas expuestas en este lugar.
“Esta capilla fue construida porque antes era complicado que los indígenas y peregrinos entraran al convento, les daba temor y decidieron hacer este espacio a la entrada del recinto en honor a San Miguel, quien está pintado en la entrada y que es desde donde se oficiaba la misa, de esta forma podían ejercer la creencia y encomendarse desde la parte exterior”.
Con el paso de los años, agregó, el uso del actual museo fue cambiando, tal es el caso que una vez establecida la colonia se convirtió en una casa parroquial compuesta de 22 cuartos destinados a salas de oración, celdas de los curas, cocina y una alacena.
Además, compartió que otro de los grandes tesoros que resguardan es una de las bibliotecas con los libros más antiguos en la entidad, la cual actualmente contiene un acervo de 4 mil 800 libros, la mayoría escritos en latín o español hispano antiguo.
Dado lo frágil de los textos, para acceder a ellos se debe pedir un permiso y tomar múltiples precauciones que asegure la seguridad del material, dado que se trata de objetos muy antiguos que requieren cuidados especiales.
“Hay textos de teología, filosofía, zoología, botánica, ética, etc., aunque no está abierto al público, los investigadores y tesistas pueden entrar con el debido permiso, además deben hacerlo con guates y cubre-boca.”
Por otro lado, puntualizó que como museo virreinal cuenta con 38 años, tiempo en que entre sus muros se han llevado acabo exposiciones, talleres, conciertos, obras de teatro, entre muchas otras actividades culturales.
“Se hizo la primera remodelación para rescatar todos los espacios y frescos que se encontraban aquí con la finalidad de abrirlo al público para divulgar y compartir el acervo con el que cuenta, lo cual es lo que hacemos actualmente.”
En este sentido, aseguró que se ha vuelto común que todo convento que se rehabilita se convierta en un espacio histórico cultural, por ello estamos trabajando para lograr que se vuelva un referente para las familias y artistas y consolidar una comunidad.”
Declaró que cada mes reciben alrededor de 2 mil 500 personas de diferentes lugares y edades, lo que ha mantenido viva la iglesia y el museo a la espera de recoger más historias.
“es un buen lugar para estar alejados de las grandes ciudades, está bastante bien incluso para venir a leer o pensar, pero eso no excluye que también es un gran espacio para venir en grupo, trabajamos para organizar actividades dirigidas a todo público, se hacen exposiciones de pinturas, fotos, eventos culturales de danza y música, tertulias, etc.”
Cesar Castro instó a las personas a acercarse al museo que es un espacio vivo para toda la comunidad y que le permite a los visitantes regresar en el tiempo, “una vez que pasas por cada uno de los cuartos del convento vuelves al pasado, aunado a que las áreas al aire libre se aprovechan con diferentes propuestas.”
Por ello, para saber más sobre la agenda cultural y religiosa del museo y capilla virreinal, se puede consultar su página de Facebook, “Museo Virreinal de Zinacantepec”, donde comparten su agenda de actividades dirigida al público en general de acceso gratuito.
(Foto: Especial Portal)
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