La instantaneidad del mercado que impera en la sociedad actual gana terreno frente a los procesos artesanales, esto se puede observar en celebraciones como la del Día de Muerto donde los productos que se crean en masa llenan los aparadores con precios bajos y tiempo de vida limitado; a pesar de ello en Toluca se conservan tradiciones como la Feria del Alfeñique donde puestos de calaveras y dulces elaborados por manos de familias, continúan transmitiendo este conocimiento a través de las generaciones.
Marcela Moreno
Tal es el caso de Jorge Sánchez Casas presidente de la Asociación del Alfeñique y Dulce Tradicional A. C., quien compartió que, a pesar de tener una formación como médico, sus abuelos, tíos y padres le enseñaron la técnica y el valor de la elaboración de la calavera de dulce, el cual requiere paciencia y tiempo.
Reconoció que esta golosina es un elemento importante en los altares de muertos ya que, aunque a ciencia cierta no se conoce su origen, se sabe que se remonta a la época prehispánica, durante la Guerras Floridas, cuando, entre los nativos, colocaban cráneos humanos para intimidar a sus enemigos.
"Cuando llegan los españoles se horrorizan y se crea una mezcla de ideologías y el resultado fue una relación entre esta práctica y los llamados Santos que hacían los invasores con dulce” comentó.
Otra de las historias que se cuentan es que un español de origen árabe veía que los trabajadores ponían cráneos de amaranto con miel de maguey o avispa que le daban un tono rojo, "y los frailes los prohibían porque pensaban que eran hechas con sangre humana, de ahí decidió que debía sustituirse".
Para su elaboración compartió que la base es azúcar que se debe derretir en un cazo de cobre donde posteriormente se vacía a los moldes de barro que tienen que estar húmedos.
"Con ello se evita que se pegue, también le podemos agregar limón que sirve para que se vea más blanco" explicó.
La temperatura oscila entre los 120 y 140 grados centígrados y para saber so ha llegado a su punto exacto, aseguró que se humedece la mano para tomar una muestra que debe tiene una textura como de una perla.
Para concluir refirió que la calavera de chocolate se introduce a la venta en 1978, "y aunque es más fácil de hacer no debemos dejar la costumbre de poner en nuestros altares calaveras de azúcar para rescatar nuestra identidad, no debemos permitir que muera, debemos consumir, México es rico en este tema, hay que procurar se conserve".
(Foto: Especial Portal/Redes)
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