2019-10-25-la-voz-poetica-2

La Voz poética 4

Al arrullo de los latidos ® 

Las sombras encuentran vida al tocar la luz nuestros cuerpos, los roses naturales al abrazarnos comienzan a subir el tono del clima en la habitación. Tu silueta es un camino por recorrer con las palmas de las manos y en ellas descubrir las nuevas texturas que la piel ha formado en tu ausencia, posado detrás de ti, nuestro calor hace que el magnetismo sea el instinto animal que siempre nos lleva a buscar sudor. 

Daniel Cortez

Los peces de nuestras lenguas se descubren nuevamente coqueteando en las cascadas que derraman los labios, nadamos por varios minutos humedeciéndonos  en los sabores que se van diluyendo en la saliva. No hay palabras, unos pequeños gemidos son el ritmo que marca el paso de los suspiros, eso de extrañarnos y sólo encontrarnos por poco tiempo, siempre es una premisa para buscar materializar la emoción. 

Las almas comienzan un nuevo sueño en la cárcel de los besos, una vida en el letargo del reloj dibuja senderos en el torrente sanguíneo, que bulle en las brasas que se generan al acariciarnos, el cielo parece ser una nota musical en el pentagrama  lleno de estrellas que aparece en tu espalda.  En la simplicidad de nuestras miradas siempre se denota el apetito furtivo de nuestras bocas.  

Aunque al paso de la distancia, hemos descubierto que somos más que deseo y caricias, bajo esas circunstancias aplacas mis impulsos. Me miras y agitada  me dices “detente”, la palabra calma el movimiento, mi tacto detiene el recorrido y la piel se queda erizada.    

Tu voz susurrante me pide un abrazo, mi cuerpo guarda un poco de fuego para cubrirte esta noche, entonces me anclo a tu espalda cruzando mis brazos, tomas mis manos entrelazando los dedos y posándolas en tu pecho, esta madrugada es del amor más puro, tú, confiando tu sueño al arrullo de los latidos de mi corazón, y yo, disfrutando de verte dormir.  

(Foto: Redes)


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