2019-10-25-familia-y-sociedad-importancia-amor-incondicional

Familia y Sociedad 5

La importancia del amor incondicional en la vida familiar… 

Muy estimado(a) lector(a)!!!... Con el agrado de saludarle, deseando lo mejor para usted y para su apreciable familia, dando las gracias por el tiempo y el espacio que usted encuentra en su día para la lectura de la presente columna. Y, en ésta ocasión la dedicaremos al importante tema del amor incondicional, al cual solo podemos aspirar en el ámbito familiar.  San Juan Pablo II, gran defensor de la familia subrayó que “el hombre es esencialmente un ser social;  con mayor razón, se puede decir que es un ser familiar.  

Laura Barreal Danel 

La familia es un conjunto de intimidades unidas por el lazo del amor familiar. De la convivencia familiar surge el crecimiento individual, el enriquecimiento.  Las relaciones familiares nacen del amor y el origen del amor es el corazón. (Pinillos en… La familia, diálogo recuperable).  Hay una estrecha relación entre corazón, amor, intimidad y relaciones familiares que surgen en forma natural.  Es por esto que La familia es una institución natural…… 

No es un invento artificial. Si lo pensamos…., si así fuera, ya habría sido sustituida por otros inventos sociales más prácticos, de acuerdo con las ideas predominantes en ese momento. 

La familia, como célula de la sociedad, requiere atención y cuidado pues es ahí justamente donde todos aprendemos a vivir y, en el mejor de los casos, aprendemos a amar, que es precisamente la vocación antropológica a la cual hemos sido llamados a la existencia. Únicamente es el núcleo familiar el espacio en el cual tenemos la valiosa oportunidad de vivir la experiencia del amor incondicional,  pues sólo ahí podemos ser amados y aceptados por ser quien es cada miembro del grupo familiar, sin tener la necesidad de cumplir ningún con ningun requisito.  

Si lo pensamos, en cualquier otro espacio o lugar al cual pretendamos pertenecer, tendremos que cubrir una serie de condiciones para integrarnos (escuela, lugar de trabajo, club social o deportivo, etc. etc)… En la familia tan solo basta (o al menos así debía ocurrir….) ser la persona que es cada miembro, para saberse y sentirse amado sin condiciones. No olvidemos que amar implica la aceptación del otro..,  buscar el bien del otro…,  confirmar el valor de su existencia. 

Si partimos del hecho de que, la persona es un ser en proceso, podemos inferir que es en la familia donde más avanzará dentro de dicho proceso. De tal modo que, es posible concluir la repercusión del amor de los padres hacia los hijos en el seno familiar. Pues será el amor de los padres el responsable de que ellos sean quienes deben llegar a ser, en todos los aspectos de su persona. 

Es claro que, quien ama no solamente conoce lo que la persona amada puede llegar a ser, sino que le apoya para que desarrolle todo su potencial, asistiéndole para que sea lo que realmente puede llegar a ser, dejándole sentir la confianza que se le tiene. 

Quien se siente amado, experimenta en su interior una fuerza que acrecienta su propia seguridad.  Y no perdamos de vista que, confiar en alguien implica saber esperar y tener paciencia. 

Sin embargo, el amor también implica “exigencia”, como elemento esencial.  Cuando amamos, requerimos exigencia con nosotros mismos para entonces, poder exigir por amor a los demás. No obstante, la exigencia deberá ir siempre acompañada de paciencia y comprensión, a fin de evitar reclamos sobre torpezas y fallas sino más bien, enviar el mensaje de que sabemos que aquel puede cambiar. 

Recordemos que el amor, al que San Pablo dedicó un himno en la Carta a los Corintios, es ciertamente exigente…. “amor paciente, servicial, comprensivo….” 

Si reflexionamos sobre lo que hemos apuntado, podremos llegar a la conclusión de que, la experiencia del amor incondicional capacita a la persona para que, en su vida adulta sea apto para “amar” y, de esa manera aspire a la plenitud y autorrealización a la que cada ser humano tiene derecho ejerciendo la vocación a la cual ha sido individualmente llamado a la existencia.  

 Y, de la misma manera podemos sobrentender que la carencia del amor incondicional en la vida familiar traerá por consecuencia, inicialmente la incapacidad  para “amar” que, en muchas ocasiones se traduce en frustración, enojo y resentimiento que se verá reflejado en actitudes de desprecio y agresión hacia los demás a través de conductas antisociales que favorecerán la descomposición del tejido social. 

                                                                            Y… Hasta la próxima!!!!, querido(a) lector(a) 

                                                                          Nos encontramos en orientafam.lbd@gmail.com   


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