El año pasado, el director Ari Aster presentó su ópera prima Hereditary (2018), dejando de inmediato un legado en las películas de terror. Su reciente producción, Midsommar (2019), explora un tipo de terror más profundo, realista y psicológico, enfocado en el sentido de pertenencia a un grupo social.
Midsommar, el terror folclórico y social
La joven Dani atraviesa una etapa de duelo ante la pérdida de sus padres y su hermana. Con la finalidad de tomar un respiro, viaja con su novio Christian y sus amigos a Harga, una comunidad sueca donde celebran el solsticio, rituales paganos bajo el sentido del folclor, donde el sol nunca se oculta. Conforme avanza el ritual, las cosas se pondrán más extrañas para los visitantes.
Siendo una película en la cual la oscuridad no es factor, demostrando que el miedo también se vive bajo el sol, explora el terror en lo individual y en lo colectivo. En lo individual, por medio de Dani, quien atraviesa una dura etapa de duelo, esperando un poco de afecto por parte de Christian, el cual no tiene la madurez para finalizar su relación con Dani, que, a su vez, sentirá más profunda su soledad. En lo colectivo, se reflejan extrañas costumbres en la comunidad rural sueca: sacrificios para mantener viva la tradición bajo el concepto de devolver a la naturaleza lo que les ha obsequiado, persistiendo un equilibrio entre la vida y la muerte.
Manifiesto mi fascinación por la trama realista enfocada en el terror que ocasiona lo desconocido de las leyes, mitos y costumbres de los grupos sociales, especialmente existentes en la contemporaneidad, que conservan el misticismo de las sociedades primitivas, pero por su barbarie son peligrosas para el sujeto moderno. Como ejemplo podemos citar El Culto Siniestro (2006), acerca del detective Neil Howie y la búsqueda de una niña perdida en una isla lejana, y Apóstol (2018), en la cual seguimos la travesía de Thomas Richardson por rescatar a su hermana de una secta religiosa ubicada (adivinen dónde) en una isla lejana. A pesar de su cercana temática, es imprescindible atribuir el miedo que las sociedades consideradas no desarrolladas emiten por medio de la justicia divina, las costumbres paganas y los grupos de poder que mantienen el estatus quo, muchas veces en nombre de la religión, las creencias irracionales y sobrenaturales.
De manera general, Midsommar apunta a la búsqueda del sentido de pertenencia. Habiendo perdido a su familia, pareciendo desterrada de su antiguo mundo, Dani se enfrenta a uno nuevo donde descubrirá un gran poder que la llevará a superar las adversidades que se han presentado en su vida. Lo interesante es descubrir las consecuencias de ello.
Nos leemos pronto.
miguelvaldescarbajal@gmail.com
(Foto: Redes)
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