Un sábado recorriendo los Portales, me encontré con un pequeño comercio, del cual siempre he tenido una fervorosa atracción de su historia, por lo que tomé mi cámara y me acerqué. Así con emoción, la historia inició:  

“El maíz del Anáhuac, 
el maíz de olas fieles, 
cuerpo de los mexitlis, 
a mi cuerpo se viene. 
En el viento me huye, 
jugando a que lo encuentre, 
y que me cubre y me baña 
el Quetzalcóatl verde.” 

Gabriela Mistral

“Pop-Tales” 

Aranxa Albarrán Solleiro 

Un día de 1946, el corazón repleto de entusiasmo de Don Ernesto llegó a Toluca acompañado de su hijo Ricardo consiguiendo mejores albas en sus días. Desde Estados Unidos trajo una de las primeras máquinas de palomitas a Toluca, decidido a regalarle la dicha a los hijos de esta tierra, un poco del peculiar sabor que del maíz emerge.  

Ubicados en sus primeros años cerca de lo que era la zapatería Canadá al inicio de los Portales, sin embargo por motivos de obtener una mejor venta, se movieron a lo que hoy conocemos como la Concha Acústica, siendo ya un ícono magnífico de la ciudad.  

Don Ricardo inculcó a sus hijos el aprecio de la elaboración de este alimento, sin saber que tiempo después no solo los habitantes de Toluca lo consumirían sino también personas de diversas partes del país y del mundo. Hermana de cuatro hermanos más, la señora Blanca Fernández, hija de Don Ricardo, compartió con alegría el hecho de que para ella es un privilegio formar parte de tan bonita herencia, ya que atender a la gente y tener contacto con ella, es un regalo formidable.  

• ¿Qué significa para usted formar parte de algo tan especial? Pregunté. 
• Para mí es conservar una tradición familiar, incluso hasta mi hija y los hijos de mis hermanos, porque somos cinco, nos ayudan a atender de vez en cuando y a ellos les gusta mucho porque es una forma de interactuar con la gente y nos dicen que conocer a personas de todas partes es algo especial. 

De sal y de caramelo, desde las 10 de la mañana hasta las 8 de la noche, los hermanos Fernández no cesan de complacer el paladar de las personas que esperan pacientes al formarse en una fila que a ojos desesperados, parece interminable, sobre todo los días de festividades como la Feria del Alfeñique o de fin de semana. No obstante, la espera es absolutamente recompensada cuando en sus manos reciben una bolsa de $5, $8, $10, $15 o $20 rebosantes de fantásticas palomitas.  

Niños y adultos dibujan una sonrisa cada vez que dan un paso que los acerque a la vitrina de la cual como fuegos de pirotecnia, salen las palomitas. La señora Rosa, Victoria, sus demás hermanos y sus hijos, son auténticos magos creadores de luz en los ojos de la gente que desde hace más de 70 años, 73 para ser exacta, son fieles a su sabor. Incluso personajes políticos son entusiastas de pausar por un momento su apresurado andar y deleitarse con ellas. 

“Dicen que venir a Toluca y no comerse unas palomitas, es como ir al mar y no meterse” con gran convicción menciona la señora Rosa, quien en todo momento no dejaba de sonreír mientras platicaba con ella y le creo, por supuesto que le creo. 

De pronto, al mirar la vitrina me percaté del logo de la mini empresa y sin dudarlo pregunté por él: 

• ¿Qué significan las hojas y la milpa en el logo? ¿Es por el maíz, cierto?  
• Es el cuerno de la abundancia, mi padre (Don Ricardo) lo tenía muy en cuenta y es por eso que la imagen hace alusión a eso. En la parte superior se encuentra el nombre de “Richy’s” haciéndole honor a él. 
• ¿El nombre surge por una combinación entre las palabras Portales y Palomitas en inglés? 
• Sí, nos llamamos “Pop-Tales” por “Popcorn” y hacer referencia a dónde nos ubicamos. 

Mientras guardaba la cámara, la hija de la señora Rosa me regaló una bolsa de palomitas saladas y acarameladas, quien por cierto, deseaba que todos pudieran seguirlos en su página de Facebook y yo por lo tanto, anhelo que muy pronto consuman con ellos dichoso alimento que desde hace 5 mil años nuestros antepasados consideran un tesoro. 

Confesiones en:

Twitter: @aranx_solleiro

Instagram: @arasolleiro 

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