Jugando con las cartas boca arriba: “Toluca buen gente, no mata na’más taranta, quita cobija y tira a barranca”; así la frase centenaria con la que se identificaba a los nacidos en Toluca. La modernidad y la simplicidad de hoy en día, pareciera que solo dejó de esa frase solo la cobija: “No jalen que descobijan”. Muy “ad-hoc” para quienes gustan y disponen del tiempo para “jalarle el cuello al ganso” y presumir que tienen listas, ¿pues serán las revistas, o las maletas?  

Don Dámaso  

O más bien, pasaron a comprar su botecito de pintura de esos que usan los árbitros de futbol para “pintar su raya”; ¿Será cierto eso, que de plano ya quieren alzar el vuelo solos para acompañar a la “gansada”? 

Póker de caballos: En esta ocasión, reconoceremos el desempeño, leal, eficaz y responsable de cuatro jinetes que, en el ocaso del anterior sexenio federal, cabalgaron para cruzar “la marquesa” y apuntalar el actual gabinete estatal, se trata de: Alejandro Ozuna Rivero, Secretario General de Gobierno; Gabriel O’Shea, Secretario de Salud; Jorge Rescala, Secretario del Medio Ambiente y Javier Vargas quien fuera Subsecretario de la Función Pública la mayor parte del sexenio federal de EPN,  y actual Secretario de la Contraloría del Edomex; avezado funcionario que, a lo largo de los últimos 15 años, conoce quién es quién en el Edomex. 

The Joker: Confusión, fracaso, precipitación, impunidad, doblegado... “Un hombre ha de conocer sus limitaciones” Clint Eastwood, en Harry, el fuerte. 

El dramaturgo, escribió una buena obra de teatro, taquillera, digna de Broadway; lástima que los actores que eligieron, resultaron de carpa pueblerina, lejos del nivel de la audiencia y muy limitados para dar vida al guión que les fue impuesto. 

Esta puesta en escena se tituló “Sangre, Sudor y Lágrimas”; pero como decía Marx, “La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa" 

La obra original la personificó un gran estadista Winston Churchill que, lidereando con valor, gran elocuencia y capacidad estratégica, evitó que el mundo se doblegara ante Hitler; sí, se desató la Segunda Guerra Mundial pero, se evitó el exterminio brutal eje de las mentes macabras del nazismo, no fue de gratis. 

Pero, no se confundan y demeriten el calificativo de estadista, usándolo de manera irreverente, como algún periodista que, se atrevió a escribir que AMLO había estado a la altura de un estadista en “el sitio de Culiacán”. Donde hubo “Sangre, Sudor y Lágrimas” producto de una balacera, gracias a un operativo fallido a las 14:00 hrs con más de 32 grados de temperatura, y, sí, muchas lágrimas, tanto de los niños y sus madres angustiadas que fueron víctimas del fuego cruzado, como las que derramamos tantos mexicanos al ver capitular a la autoridad. “Los funcionarios del gabinete de seguridad decidimos suspender dichas operaciones” Alfonso Durazo. 

Escribió Jorge Volpi: “Sinaloa en llamas señala nuestro fracaso colectivo”; René Delgado, también del “incómodo” Reforma, expresó: “Sí, lo sucedido en Culiacán es asunto mayor, delicado en extremo. Cimbró el discurso oficial y tambaleó el Estado de Derecho”; Azam Ahmed del New York Times concluyó su nota así: “...destilando en sólo ocho horas el grado en que la nación es cautiva de las redes criminales”. 

“La retórica y el optimismo de López Obrador, cada vez más desconcertantes, choca con la cruda realidad mexicana”. Escribió para El País, Javier Lafuente. 

Nuestra joya sinaloense, orgullo de Culiacán, Elmer Mendoza, fue contundente en el periódico “El Universal”: “Vamos, señor Presidente. Con todo respeto, a trabajar más y a hablar menos, porque este país lo necesita y tiene muy poco de imaginario”. 

De la película Joker, Mariam Martinez Bascuñan resaltó:...”la historia del más malvado de los bufones nos coloca en un lugar perpetuamente incómodo: la línea que separa el comprender del justificar”. 

Nada que comparar, ni mucho menos que celebrar y que aplaudir. 

“El que tolera el desorden para evitar la guerra, tiene primero el desorden y después la guerra” Maquiavelo, El Príncipe, 1513. 

(Foto: Redes)