2019-10-12-la-voz-de-las-victimas-la-normalizacion-de-la-violencia-de-genero

La voz de las víctimas, la normalización de la violencia de género

Los casos de víctimas violencia de género han aumentado considerablemente, agresiones sexuales hacia la comunidad universitaria que se han suscitado dentro y fuera de las instalaciones de la universidad aunado a la falta de un plan de prevención o estrategias que permitan atacar este problema.  

Ximena Barragán 

Por ello, se presentan varios testimonios de experiencias vividas por menores universitarias, que cada día están menos dispuestas a tolerar o padecer abusos de ningún tipo, y menos los de carácter sexual.  

En un intento por deslindarse de la responsabilidad, Verónica, 19 años hizo un esfuerzo por aclarar que el atuendo que portaba el día que fue acosada por un conductor mientras esperaba el transporte para llegar a casa después de la escuela, no era de ninguna forma "sensual”.  

Después de considerar lo que acababa de decir, la estudiante universitaria y algunas de sus compañeras reflexionaron respecto a la situación: el acoso del que, en pleno 2019 aún son víctimas, y la culpa que, de alguna forma siguen sintiendo. “Como víctima sientes vergüenza… pensamos que es algo individual y privado, y así debe permanecer".  

Conscientes de la importancia de impulsar una cultura de denuncia desde sus propias experiencias, para así motivar a otras a romper el silencio y terminar con la normalización de conductas trasgresoras, y con el respaldo de las autoridades escolares, 4 estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Autónoma del Estado de México, hablan sobre sus experiencias en las inmediaciones de su casa de estudios, los trayectos escolares y los espacios de esparcimiento social. 
 

Jazmín 20 años: El cruce sordo  

Para volver a casa después de una jornada estudiantil, Jazmín tiene que tomar dos transportes: el potrobus, y un auto colectivo en Tenango del Valle.  

Al llegar a su primera parada, ella y sus compañeras ("casi puras niñas van el camión a esa hora") caminan en una fila (junto con sus compañeras que bajaban del potrobus) hasta el crucero de enfrente, trayecto en el cual, cada tarde se exponen a las miradas lascivas, sonidos de claxón y comentarios obscenos de peatones y automovilistas. Obscenidades como “qué ricas panochas”, entre otros tienen que escuchar, sin posibilidad de enfrentar a sus agresores que pasan velozmente al de ellas.  

Para evitar sentirse vulnerada por dichos comentarios (gritos), Jazmín ha optado por colocarse audífonos apagados en los oídos, medida que también ha implementado Verónica  


 

Verónica, 20 años: La ruta alterna  

Verónica sale de la escuela cerca de las 18:00 horas… camina hacía la tienda de conveniencia que se ubica enfrenta de la Facultad de Ingeniería para esperar su transporte.  

Un buen día, mientras caminaba, un auto disminuyo su velocidad hasta colocarse junto a ella, abrió la puerta para preguntar ¿A dónde vas hermosa?  

Verónica hizo caso omiso (después de analizar todas las posibilidades) continúo caminando a paso apresurado.  

El conductor volvió a prender su auto y avanzo resignado, no sin haber incomodado e intimidado a Verónica, quien incluso pensó en acercarse a otra peatona para asegurarse de que, si algo le sucedía a ella, "tuviera un testigo".  

Al compartir su experiencia en FB, otras mujeres externaron haber vivido situaciones similares y experimentar las mismas emociones (vulnerabilidad, miedo e impotencia) pero no haber dicho nada.  

En días posteriores, Verónica cambió su ruta, porque “eso he aprendido… que es mejor ir cambiado rutas”.  

violencia de genere

Ysabela, 19 años: Lo anormal de lo "normal” 

Ysabela confiesa nunca haber experimentado una situación de acoso o violencia de género "grave”, pero sí ser víctima de la normalización y aceptación de las conductas misóginas. Desde la (machista) sobreprotección de su padre, hasta las propias adaptaciones que ella hace en su vida para no exponerse”, "Si vienen por mí en coche me pongo vestido, si tengo que usar camión no me pongo vestido”.  

Aunado a la propia asimilación de la prevención como responsabilidad de la mujer, Ysabela denuncia la falta de congruencia en las vidas de las personas, de sus conocidos, sus compañeros, sus amigos … como aquel novio "feminista" de una amiga suya que responsabilizando al alcohol envía mensajes de texto sugerentes a la chica en la madrugada.  

 ¿Cómo lo vamos a solucionar si nosotros mismos lo normalizamos?” 

Steffy, 20 años: El puente expositor  

Como medida ahorradora, Steffy y sus compañeras han optado por sacar copias del material de lectura de sus clases en una copiadora localizada frente a la FCPyS, del otro lado de Tollocan.  

Para llegar a ella, responsablemente, las chicas hacen uso del puente peatonal.  

Cierto día, a principio del semestre actual, las estudiantes bajaban el puente de regreso de sacar copias, al percibir algo extraño detrás de ella, volteó la mirada para descubrir a un hombre (de complexión grande y 40 años aproximadamente) grabando con su celular por debajo de su falda.  

“Eran las doce del día… había personas transitando cerca de ahí… nadie dijo nada”  

A la fecha, Steffy no ha hecho participe de esta experiencia ni a su padre, ni a su novio, pues teme “aún siento vergüenza… las mujeres nos entienden porque también les ha pasado”.  

violencia de genere

Raquel, 21 años: EL hostigamiento incómodo  

Además de los típicos "piropos”, miradas y situaciones incómodas que “a cualquier chica le pasa”:  Raquel, ha sufrido el acoso por parte de figuras masculinas relativamente cercanas.  

Aunque ya le habían mencionado algo al respecto, Raquel se negaba a creer que su ex compañero de prepa, ahora estudiante de la Facultad de Geografía,  pudiera ser un acosador, hasta que un día al salir de las instalaciones de Ciudad Universitaria por la puerta de acceso a dicha facultad con su hermana, se percatara de que el joven las seguía “cuando me despedí de él no me hizo caso, espero un poco y nos empezó a seguir… tuvimos que meternos a una tienda para perderlo de vista, pero nos esperó”.  

Sin embargo, no es la anécdota anterior la que más incómoda o preocupa a Raquel, sino los comentarios, insinuaciones y formas de acercarse físicamente de uno de sus superiores en la instancia en la que actualmente presta servicio social “es bastante llevadito… hace cosas que me incomodan bastante” 

Desde acercamientos indebidos y formas de tocarla inapropiadas hasta mensajes de texto fuera de lugar, han llevado a Raquel a pensar en dar por terminada la relación laboral, incluso sin terminar las horas de servicio pactadas, pues le preocupa la reacción de sus superiores, incluso la de las mujeres “no sabes si te van a creer o qué van a pensar y no tengo pruebas”.  

FCPyS: Se necesita hacer más por la seguridad de los estudiantes  

Las situaciones previamente descritas y algunas más explicitas, como la propiciada por un hombre que se masturba frente a las estudiantes que esperan su camión en la intersección de Morelos y Tollocan, han llamado la atención de la Dirección de la FCPyS , cuyo titular ha abierto el dialogo, acompañado a las afectadas en procesos de denuncia y solicitado apoyo de la Dirección de Seguridad y Protección Universitaria de Educación Universitaria y de las autoridades municipales y estatales para la continuar la vigilia del perímetro universitario.  

“Aunque se han implementado nuevas rutas, un transporte rosa y una aplicación S.O.S, los esfuerzos parecen no ser suficientes”

comenta Marco Aurelio Cienfuegos, quien encuentra en la posibilidad de hacer públicos de los testimonios de las alumnas, quien ha buscado la implementación de un sistema de denuncia y acompañamiento psicológico, así como una campaña de prevención al acoso y hostigamiento. 

(Foto: Aranxa Albarrán) 


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