La educación de la templanza en la sociedad actual……
Laura Barreal Danel
Mi estimado(a) lector(a)!!!...Como cada emisión, es para mí un placer saludarle y desearle el mejor de los días, a usted y a su apreciable familia. Siempre expresando mi gratitud hacia el tiempo y el espacio que le concede en su agenda a la lectura de la presente columna. El día de hoy nos ocuparemos de la virtud de la templanza, pues nos ha tocado vivir en un medio social en el que el consumismo y los excesos prevalecen y a lo cual resulta difícil sustraerse.
Del latín temperantia, la templanza está relacionada con la sobriedad o moderación de carácter…..El cristianismo considera la templanza como una de las cuatro virtudes cardinales. Se trata de una virtud moral que consiste en la moderación de los apetitos y de la atracción que ejercen los placeres a partir de la razón.
Para el filósofo Platón, el alma posee varias partes que le corresponde a un tipo de virtud, y en este caso, la parte concupiscible de la misma se relaciona con la templanza para enfrentar los deseos excesivos. Aunada con el coraje y la sabiduría, la templanza conlleva al ser humano a la justicia.
El mundo actual nos grita… consume!!!,…. consume!!!,…. gasta $$$$$!!!!!......Si nosotros no logramos detenernos frente a la constante instigación de los medios, seguramente nos iremos diluyendo en tal manipulación hasta dejar de ser individualmente cada uno de nosotros para ceder nuestra propia singularidad a la masa impersonal que impera en los medios sin percatarnos del profundo significado que implica la pérdida de la propia identidad a partir del menoscabo de la capacidad de discernimiento, mismo que nos permite hacernos dueños de nosotros mismos en el ejercicio de una libertad que nos pertenece pero que, si así lo consentimos, será quebrantada artificiosamente por las ideologías predominantes en la sociedad actual.
María Estela Raffino nos comparte que la templanza es una virtud que nos aconseja a medirnos con los placeres y trata de que nuestra vida tenga un equilibrio entre aquello que siendo un bien, nos provoca cierto placer y la vida espiritual, que nos brinda otro tipo de bienestar, uno superior. La templanza es sinónimo de las palabras moderación, sobriedad y continencia….El ser humano tiene una tendencia natural a abusar del gozo que los bienes otorgan; también es cierto, dice Raffino, que tenemos dentro de nosotros una pequeña parte que es rebelde y se opone al correcto obrar (concupiscencia).
La autora también refiere que no obrar con templanza es un acto de egoísmo, en el entendido de que, siendo así la persona no podrá aportar buenas cosas al mundo y a la sociedad en la que vive ya que, pasará el tiempo sólo pensando en sus propias necesidades, no teniendo capacidad para apreciar la realidad de forma correcta para entonces, poder actuar acorde a la misma.
Resulta pues una necesidad preeminente, detenernos a reflexionar y contar con la templanza, a fin de no malgastar nuestros recursos en superficialidades que no cubren necesidades importantes y tal vez, simplemente respondan a caprichos desarrollados en función de una propaganda artificiosa.
Querido(a) lector(a)……Podemos entonces concluir, que la educación de la templanza en el núcleo familiar resulta de gran significación frente a las constantes tentaciones a las que, desde luego, la persona se ha enfrentado a lo largo de la historia de la humanidad. Sin embargo, hoy por hoy, el medio social consumista…, hedonista..., materialista..., individualista en el que nos ha tocado vivir y que, a través de las redes sociales constantemente estamos siendo bombardeados, con mayor razón requerimos contar con la fuerza para moderar nuestro actuar y conservar el propio señorío a través de un autodominio racional que nos otorgue la capacidad de “elegir”, conquistando y ejerciendo nuestra propia libertad.
Y…..Hasta la próxima, querido(a) lector(a)
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