Martha Romero 

Leonardo Amores Romero, encargado de grandes proyectos de la Secretaría del Agua, afirmó que por la crisis del cambio climático se están rebasando, desde noviembre del año pasado, los dos grados de incremento en la temperatura a una altura de dos metros desde la superficie, lo que es grave porque si se sigue con esta tendencia cada día será más difícil la gestión del agua bajo el modelo actual, que es fallido y extractivista. 

Añadió que desde la era preindustrial se han estado superando las temperaturas medias históricas, lo cual es alarmante porque ello provoca lluvias cada vez más fuertes en poco tiempo y cada vez periodos de sequías más largos, lo que significa que los recursos naturales y el ciclo hidrológico están cambiando de una forma drástica.  

Refirió que con estos cambios drásticos de temperatura se espera que los lagos y los cuerpos de agua superficiales que eran perenes se vuelvan intermitentes, es decir, en el futuro inmediato se van a comenzar a secar las presas, los cuerpos de agua, los lagos y los ríos, situación para la que se tiene que estar preparado.  

Resaltó que, ante el pronóstico de mayor sequía durante la época de estiaje del próximo año, entre las acciones por emprender se encuentra la recuperación de la presa de Villa Victoria, de la laguna de Zumpango y de otros grandes cuerpos de agua, y para ello la dependencia estatal tiene en mente emprender trabajos en las fuentes actuales, al acuífero y a las aguas superficiales.

Amores Romero indicó que el Sistema Cutzamala presenta una sequía de cinco a seis años aproximadamente, y este año está llegando a niveles mínimos históricos, que no se habían presentado, lo que va ligado con el incremento de las temperaturas y el cambio climático. 

Mencionó que con las lluvias el sistema se está recuperando y que las que restan para agosto, septiembre y octubre darán un respiro; sin embargo, va a permanecer en los niveles históricos bajos, lo cual es irreversible, por lo que la dependencia apuesta a la recuperación de Villa Victoria y Zumpango.

Finalmente, indicó que es imperante dejar atrás el modelo extractivista, que es depredador, e ir hacia un modelo más humanista, que contemple a la sociedad y dé un giro radical en la forma de gestionar el agua.

(Foto: Martha Romero)