Cuando un plástico envejece desprende partículas que pueden ser dañinas para la salud de las personas, principalmente para la de las más pequeñas, sostuvo Ana Lilia Flores Vázquez, académica e investigadora de la Unidad Académica Profesional Tianguistenco de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), donde inició un trabajo de investigación que tiene como propuesta final colocar a los biberones un marcador que permita identificar el momento en que es necesario desecharlos.
La experta subrayó que “la luz ultravioleta, el calor y la humedad aceleran el envejecimiento de un plástico y cuando esterilizamos un biberón, ya sea con un método tradicional, hervirlo, o moderno, lo sometemos a esos factores, lo cual provoca que dure menos”.
Así, enfatizó, el marcador nos indicará cuando el biberón esté “viejo” y, aunque no tenga marcas visibles, rayas o elementos de opacidad, puede estar soltando micropartículas y, por lo tanto, es momento de cambiarlo
Detalló que las partículas que desprende un plástico viejo son variadas, dependiendo también del material del que está elaborado el biberón. “Los de marcas caras, se supone, están fabricados de silicón y, por lo tanto, sueltan menos partículas dañinas”, dijo.
La universitaria indicó que en este trabajo de investigación participan dos profesores de la carrera de Ingeniería en Plásticos, que se ofrece en la Unidad Académica Profesional Tianguistenco, uno experto en química, y otro profesor encargado de la parte de sustentabilidad.
El trabajo, precisó Flores Vázquez, estará dividido en dos partes: la teórica y la experimental, en la que se trabajará en colaboración con otras instancias de la UAEMex e, incluso, externas.
En este contexto, manifestó que, sin duda, los efectos dañinos de la ingesta de los microplásticos son mayores en los más pequeños, pero también la salud de los adultos puede verse afectada por ello.
Por lo anterior, consideró necesario colocar un marcador en los productos plásticos que se ocupen en la industria alimenticia, con la finalidad de identificar el momento en que deben desecharse; por ejemplo, los platos, recipientes en que calentamos comida en el microondas e, incluso, los recipientes en los que tomamos agua, que además, al ser más ergonómicos, generalmente tienen curvas, lo cual también “mete mucho ruido”.
Advirtió que debe considerarse desechar un biberón de plástico cuando ya es opaco o está rayado; además, si al apachurrarlo ya no es tan duro e, incluso, cruje.
Finalmente, Ana Lilia Flores Vázquez aceptó que una vez obtenido los resultados de este trabajo de investigación, el reto será hacer llegar a los fabricantes la propuesta de colocar el marcador a los biberones.
(Foto: Especial Portal)
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