En el centro de Toluca, donde el concreto y el tráfico marcan el ritmo de la ciudad, hay un lugar donde la luz cobra vida entre hojas, raíces y vidrio. El Cosmovitral celebra este 5 de julio sus 45 años como un oasis de arte y naturaleza que respira a través del color.
Más que un jardín botánico, más que una galería de vitrales, este recinto, inaugurado en 1980 en el antiguo mercado 16 de Septiembre, es un viaje sensorial y simbólico que conjuga ciencia, espiritualidad y estética.
Fue el artista mexiquense Leopoldo Flores quien imaginó esta sinfonía de vidrio y sol, uniendo más de 70 vitrales con más de 400 especies vegetales de México y el mundo.
La pieza central, El Hombre Sol, parece detener el tiempo. Imponente, cósmica, casi mística, representa la eterna dualidad humana y su conexión con el universo. Es también el corazón palpitante de este espacio que habla de transformación, muerte y renacimiento, con cada rayo que atraviesa sus cristales multicolores.
Durante más de cuatro décadas, el Cosmovitral ha sido faro cultural, postal turística y refugio de paz para miles de visitantes. Caminar por sus senderos es recorrer un relato visual donde flora y arte dialogan en silencio, acompañados por la luz cambiante del día.
Ubicado en Lerdo de Tejada, en el corazón de la capital mexiquense, el recinto abre de martes a sábado, de 10:00 a 18:00 horas, y domingos y festivos, de 10:00 a 15:00. La entrada es accesible, pero la experiencia es invaluable.
Porque en tiempos donde todo se mueve rápido, el Cosmovitral sigue ahí: eterno, luminoso, sembrando asombro desde el corazón de Toluca.
Categoría: Artes Escénicas |
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