Ana María López
“Lo que ocurrió el domingo 2 de junio era una derrota cantada para la oposición. Solo los periodistas y los intelectuales ciegos no quisieron ver, los periodistas de la vieja guardia en todo el país”.
Así inicia Francisco Cruz Jiménez la conversación a la que ha sido invitado por Acta Semanal para examinar algunas lecciones que ha dejado un proceso electoral histórico no solo a los actores políticos, sino, fundamentalmente, a los voceros de las derechas que usaron los medios masivos de comunicación como altavoces de afirmaciones ficticias y de escenarios inexistentes en los que fueron sembrando pistas falsas que ahora sus seguidores les reclaman.
“Unos días antes de las elecciones —recuerda el periodista— en mis videocharlas [en el canal de Youtube de Julio Astillero] dije que a Claudia Sheinbaum le faltaban 12 días para ser presidenta y a Xóchitl Gálvez como 20 millones de votos. Mucha gente se burló de mí, pero hay que ver los resultados”.
De los varios factores que derivaron en esa “derrota cantada” de la derecha, Francisco Cruz destaca una: la figura de Andrés Manuel López Obrador como político excepcional: “Por seis años, Alejandro Moreno Cárdenas, el dirigente nacional priista; Marko Cortés Mendoza, el líder nacional panista, y Jesús Zambrano Grijalba, líder nacional del PRD, abrazados por el magnate Claudio X. González Guajardo, conspiraron contra el gobierno de López Obrador, desde el primer día, y les falló todo. Lo dijimos muchas veces: López Obrador es una político que no se dan más que cada 100 años. Pueden tratar de hacerle lo que sea, pero no van a poder”.
¿Qué es lo que no estaban haciendo ni el PRI, ni el PAN, ni el PRD ni los empresarios que apoyan a Claudio X. González? Que no caminan en la calle, que viven en una burbuja, que estaban viviendo un sueño falso, estaban convencidos de que eventualmente una de esas conspiraciones les iba a pegar e iban a derrocar, deponer y echar a López Obrador. Seis años pasaron así. Hay que ver la prensa todos los días, a López Dóriga, Loret, Riva Palacio…
A quienes nos atrevimos a disentir nos marginaron, nos replegaron, pero apareció internet, y se les olvida que nosotros sí caminamos en la calle, se les olvida a los intelectuales como Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, que le vendieron a la gente una narrativa falsa, y esa gente que va tras ellos, un tercio del país fue siguiendo esas pistas falsas.
Una de estas conspiraciones fue la acusación de vínculos del presidente López Obrador con el crimen organizado, ¿cómo la construyeron?
El último golpe de la conspiración viene a través de la DEA, queriendo vincular a López Obrador con dinero del narcotráfico, sin aportar una prueba, una evidencia, y a eso se prestaron periodistas como Anabel Hernández o Tim Golden, que ganó dos premios Pulitzer, y a todo mundo se le olvidó decir que desde 1989 la DEA sustituyó en parte el trabajo de inteligencia de la CIA e infiltraba gobiernos aprovechando el supuesto trabajo contra el narco, que siempre fue un fracaso.
Nadie quiso ver que incluso en México, desde 2019, la DEA había caído en casos de corrupción gravísima, incluido su coordinador regional para México, el resto de América Latina y Canadá, Nicholas Palmeri, que era un hombre que recibía dinero de los capos de la droga en México a través de sus abogados.
¿Qué hizo López Obrador? Los echó. Sí hay agentes de la DEA, porque llegan por acuerdos comunes, pero aquí estaban en el gobierno de Fox, de Calderón, de Peña; estaba inundado este país de agentes de la DEA, del FBI, de la CIA, de la oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego de EU. Se fueron, y armaron campañas sistemáticas contra López Obrador, pero se les olvidó que afuera hay un pueblo que sabe que el narcotráfico que dio paso al crimen organizado lo coordinaron los gobiernos del PRI y del PAN, y que Peña Nieto incluso bañó por lo menos con 750 millones de dólares al cártel de García Luna y Felipe Calderón.
¿La DEA cumple ese papel que en los años setenta tuvo la CIA en cuanto a organizar golpes de Estado?
Sí. El ejemplo más claro de los golpes de Estado de la CIA es el de Salvador Allende, en Chile, hasta llegar al derrocamiento de Manuel Antonio Noriega, en Panamá, en 1989, pero en ese golpe ya estaba la DEA involucrada, y a partir de entonces la DEA, por el desprestigio de la CIA, toma su trabajo en países como México.
Pero, decías, hay un pueblo…
Hay un pueblo, y también periodistas que descubrimos ese doble juego de la DEA y sabemos que toda esta violencia no es responsabilidad de López Obrador. A los intelectuales y los viejos periodistas se les olvidó también que López Obrador es un gran comunicador; es el creador de contenidos más popular y más visto de América Latina, no solo de México. Se les olvidó todo eso, y luego montaron en campañas de odio contra todo aquel que votó por López Obrador. Nos llamaban idiotas, locos, nacos, borregos, pendejos; se volvieron revanchistas, violentos, y también se les olvidó crear un plan político de desarrollo; se les olvidó formar líderes políticos, al PAN, al PRI y al PRD. Todo lo olvidaron, porque en ese odio se enfrascaron para derrocar a AMLO.
El periodismo contrario a esas corrientes conservadoras encontró otros cauces para llegar al público, ¿cuál ha sido su papel en este escenario?
A esos intelectuales se les olvidó también que en 2017-2018 irrumpió internet con todo su potencial y que su gran prensa ya no influye. Los puede ver mucha gente, pero no influyen, tanto que en 2018 López Obrador tenía a toda la prensa en contra —Televisa, TV Azteca, Reforma, El Universal—, toda, y ganó. ¿Cómo te explicas eso? A través de las redes sociales. Se les olvidó que había nacido un periodismo nuevo. A los youtubers los pueden criticar, pero van a aprender, a adquirir experiencia; los youtubers que hacen noticias son periodistas. El periodista se hace en la calle.
Este grupo de intelectuales y estrategas pretendió usar las mismas redes sociales en contra de la 4T, pagaron bots, campañas negras…
¿Y cuál fue su error? Que no tienen credibilidad desde hace por lo menos seis o siete años. Esos intelectuales que encabezan dos mafias, la de Aguilar Camín y la de Enrique Krauze, están muertos, políticamente hablando, hace mucho, y no lo saben, lo mismo que Loret de Mola, López Dóriga, Ciro Gómez Leyva, Azucena Uresti, Raymundo Riva Palacio, a quienes se les olvidó que hay periodistas que contamos la otra parte de la verdad, y ellos entraron a las redes sin contar la verdad, sino su verdad, que ya está desfasada hace mucho.
¿Por qué fracasaron las campañas con bots? Porque los bots no son personas, y porque las redes deben tener su tiempo, su contacto con la gente. Y luego en ese proceso aparecen pagos a periodistas, a Aguilar Camín en el gobierno de Peña, a Enrique Krauze, a Jorge Castañeda, y te das cuenta de que todos ellos son un fracaso y son una especie de mafia que no entiende cómo funcionan las redes ni cómo funciona el país.
Se les olvidó que López Obrador recorrió México y que un líder no se forma de la noche a la mañana. Querían formar a Xóchitl Gálvez al vapor, una mujer limitada, y lo digo con mucho respeto, ¿qué comparación podía hacerse entre Claudia Sheinbaum Pardo y Xóchitl Gálvez?
¿Cómo pudo resistir la figura de AMLO y la 4T esa embestida mediática?
La oposición se montó en el jet de las conspiraciones, cada día nacía una nueva. No tomaron en cuenta la fortaleza de AMLO y que ha controlado bien la sucesión presidencial. El salinato mató a Luis Donaldo Colosio, a José Francisco Ruiz Massieu, al cardenal Jesús Posadas Ocampo; mató como a 500 perredistas y a cualquier cantidad de periodistas. Zedillo, ni se diga, tan no controló la sucesión que tuvo que entregar la presidencia al PAN. Fox, cuyo favorito era Santiago Creel Miranda, tuvo que entregar el poder a un tipo que no le caía bien, Felipe Calderón Hinojosa, y este tuvo que regresar el poder al PRI.
Hoy por primer vez en la historia de los presidentes civiles, no tenemos una crisis sexenal, se ha revaluado el peso, nunca antes lo vimos. Por eso te digo que fueron siguiendo pistas faltas. No entendieron que sí conocemos la historia. Y al margen de quién creó los apoyos sociales, que es claro que fue López Obrador como jefe de gobierno y luego hoy los hizo constitucionales, ¿cuándo en este país la gente mayor había recibido un apoyo del gobierno?
A partir del gobierno de López Portillo, cada año el gobierno federal perdonaba, a través de cuestiones fiscales, 700 mil millones de pesos a los grandes magnates. Esa era una brutalidad. Había ocasiones que pagaban 1.7% de impuestos, y ese dinero está hoy con los beneficiarios de los programas sociales. El salario mínimo, aumentaba cuatro pesos, tres pesos, hoy, en el gobierno de López Obrador, aumentó 80%. No vieron todas esas señales.
La violencia sí es un trabajo pendiente. ¿Por qué? Porque Calderón creó incluso cárteles, dos, para controlar todo el crimen organizado, La Familia Michoacana y Jalisco Nueva Generación, y luego Calderón y Peña alentaron una carrera armamentista entre los dos cárteles mayores: Sinaloa y Jalisco, y crearon con Genaro García Luna economías de escala del narcotráfico. Se necesitan por lo menos tres sexenios para tratar de controlarla y bajar el números de homicidios.
Yo lo dije hace un año: López Obrador tiene controlada su sucesión porque el país está caminando, no se puede crecer más por otras razones, empezando por que le dejaron un país en bancarrota.
Los medios tradicionales se han dedicado a repetir el discurso de los “males del comunismo” que acechan al país, como lo hicieron en 2018…
Cuando tomó el poder López Obrador dijeron lo que nos están vendiendo otra vez hoy: nos vamos a convertir en Venezuela, ya viene el comunismo, nos van a quitar a nuestros hijos, nuestras propiedades, nuestros autos, si rentas una casa te la van a regalar, porque el comunismo va a ser que te la vendan a fuerzas y bien barata. Nos vendieron cuentos, y en esos cuentos se crearon pistas falsas que fue siguiendo ese tercio de la población que es el brazo del conservadurismo.
¿Qué querían que pasara el 2 de junio? Con la complicidad de viejos periodistas e intelectuales vendieron la idea de que podían ganar, y a partir de ese domingo están conociendo la realidad. Hubo intentos de engaño, desconocimiento, campañas brutales de odio, conspiraciones, y todo eso les pegó ese día. Se dieron un tiro en el pie.
Y luego hay que ver cómo está el PRI. Eligieron a un mafioso como líder nacional, y digo mafioso literalmente, un gánster, y en el Estado de México eligieron a Ana Lilia Herrera Anzaldo, una mujer incapaz. ¿Cuántos municipios perdió? 88, y 40 diputaciones locales, de 45, y prácticamente todas las diputaciones federales.
Pasó que la oposición y sus intelectuales vieron un país que no existe más que en su mente, un país imaginario, donde vieron a Xóchitl ganar las elecciones. Solo pasó lo que iba a pasar. Y AMLO tiene una virtud que nadie quiere ver: politizó a la gente de menos recursos, aunque también votó gente de más recursos.
De esa clase media que se suponía que iba a votar completa por Xóchitl Gálvez…
Lo llamaban el “voto oculto”. Yo decía ¿cuál oculto?, si ahí está. Y de la gente de clase media alta 49% votó por Claudia Sheinbaum, 41% por Xóchitl Gálvez. Es decir, en todos los sectores de la población hubo mayor votación por Claudia.
El voto fue libre y secreto, no te condicionaron nada, pero todo eso no lo vio la derecha, que está sumida en su sorpresa, está buscando culpables, está viviendo una mentira y la estará viviendo por mucho tiempo. No se va a recuperar, porque alguien les vendió el cuento de que podrían ganar.
La realidad siempre estuvo ahí y nada les va a funcionar, si no entienden que esta sociedad, gracias a la tecnología, está mejor informada, que razona su voto, y que el racismo, el clasismo y las campañas de odio no funcionan.
Otro argumento de la derecha es que Claudia Sheinbaum es una calca de López Obrador y que será él quien en realidad gobierne, ¿qué opinas?
Si fue un plebiscito lo del domingo por López Obrador, pues los acabó de aplastar. Pero no hay que quitarle mérito a Claudia. Todo mundo fue machista y misógino. Pero ella es una mujer que está en las luchas sociales desde que era estudiante; hay fotos de ella en la lucha social recorriendo casa por casa. No es López Obrador ni depende de él, es una mujer que piensa, que ha estado en la lucha. ¿Que tiene coincidencias con Andrés Manuel? Pues claro que sí, pertenecen al mismo movimiento, trabajaron juntos mucho tiempo.
Pero todo eso ni la prensa vieja ni los intelectuales lo vieron. No lo quisieron ver, porque están envenenados de odio contra López Obrador. Claudia ganó a la buena, porque fue una mejor candidata. Ella hizo una campaña que fue mejor, tan fue mejor que dos tercios de la población de este país que fue a votar, votó por ella.
Fotos: Especial Acta Semanal.
Sección: Política |
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