Martha Romero
Lo que las feministas ven en la resistencia del Congreso mexiquense para despenalizar la interrupción del embarazo es el predominio de un pensamiento conservador y patriarcal.
Marías Matus, de la Red Marias Acompañantes Aborto Seguro Emx, considera que esta LXI Legislatura es profundamente conservadora, porque Morena, que se comprometió a impulsar las correspondientes iniciativas, ha demostrado que, a pesar de que sus lineamientos y estatutos nacen de la izquierda, la realidad es diferente.
“Ojalá que las y los diputados salden esa deuda histórica que tienen con las mexiquenses y que por mucho tiempo ha sido minorizada e invisibilizada. Cuando se ha buscado esa despenalización, no ha sido (posible) por temas políticos, por temas de agenda, no ha sido pensando realmente en las mujeres”, resaltó.
Hizo un llamado a las y los legisladores para que realmente luchen por acercar los servicios de salud reproductiva en la entidad, elaborar manuales y protocolos que puedan leerse en las distintas lenguas indígenas, para que se conozcan estos servicios; ello, sin olvidar las distintas realidades de las mujeres que están buscando acceder a este derecho.
Recordó que, en plena pandemia, les negaron la entrada a la “Casa del Pueblo”, como se le llama la sede de Congreso, e incluso les señalaron que no podían obligar a sus compañeros a votar por algo en lo que no creen, como se los refirió la excandidata priista a la gubernatura, Alejandra del Moral Vela en 2021, cuando quisieron impulsar el tema, por lo que le sorprende que haya diputadas y diputados que digan que están a favor de la despenalización del aborto, cuando los esfuerzos que hacen son nulos.
Último recurso
Por otro lado, América Luna Martínez, profesora-investigadora de tiempo completo de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), señaló que llama la atención la resistencia de la Legislatura, lo que sin duda alguna obedece a un pensamiento tradicional y patriarcal en el sentido de no reconocer un derecho muy importante de las mujeres, que es a decidir sobre sus cuerpos y sobre sus vidas.
Refirió que de ahí parte el que hayan sido muy explosivas las movilizaciones de las jóvenes feministas, sobre todo de Toluca, y que han sorprendido a la opinión pública en los últimos años, porque no es un secreto es una ciudad “bastante conservadora”. Sin embargo, los cambios sociales, políticos y económicos han contribuido a que un número importante de jóvenes se organicen en diversas colectivas y manifiesten su inconformidad.
Luna Martínez indicó que sin duda alguna estas iniciativas sobre la despenalización del aborto se van a quedar en la “congeladora”, pero en la coyuntura política en la que se encuentra el Estado de México, al ser gobernado por una mujer que tiene muchos compromisos con la ciudadanía que la llevó al triunfo electoral, sería bueno que expresara su solidaridad y esté atenta a las necesidades de las mujeres, sobre todo porque es una entidad federativa con un alto índice de feminicidios y violencia contra la mujer.
Recordó una de las viejas consignas de las mujeres feministas de los años 70 era “que el aborto no es un gusto, sino el último recurso”, pero además dejó en claro que la lucha es por la despenalización del aborto, no por exhortar a las mujeres a abortar, lo que sería un gran error, por lo que se tiene que trabajar en la prevención y la educación sexual como elementos científicos y humanísticos.
