Claudia Elisa y Gabriela Alejandra López Miranda
Fundadoras del Círculo Feminista Alaíde Foppa
La mutilación genital femenina, tal y como sostiene António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, es “una violación abominable de los derechos humanos que afecta a mujeres y niñas en todo el mundo […] supone una negación de su dignidad, pone en peligro su salud, causa dolor y sufrimientos innecesarios, puede incluso provocar la muerte”.
Dicha práctica incluye cualquier procedimiento de mutilación parcial o total de los genitales externos femeninos y tiene raíz en una serie de prejuicios sociales y concepciones machistas de las mujeres y su rol en la sociedad.
Diversos países, organizaciones feministas y mujeres de todo el mundo se han manifestado en contra de ese cruel atentado contra los derechos humanos. El 20 de diciembre de 2012 la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución unánime de prohibición de la mutilación genital femenina y se declaró el 6 de febrero como el día internacional de tolerancia cero con dicha práctica.
Al menos 200 millones de niñas y mujeres, alrededor del mundo, han sufrido esta agresión, organizaciones como UNICEF, UNFPA y ONU-Mujeres han llamado al establecimiento de políticas públicas y leyes que protejan el derecho de las niñas y mujeres a vivir sin violencia. Asimismo han subrayado la urgencia de generar planes de acción específicos para erradicar la mutilación genital femenina y la necesidad de financiamiento para proyectos de salud sexual y reproductiva.
En México no sólo no se han concretado proyectos en el rubro mencionado, sino que el tema de la mutilación genital es poco abordado. Solemos relacionarlo con países lejanos y prácticas ancestrales que tienen poco que ver con nuestra cultura, no obstante, en una entrevista para El Universal la investigadora Amneris Chaparro aseguró que en México se da esta terrible práctica.
La investigadora mexicana enfatiza que en nuestro país la mutilación genital femenina también es ejercida a través de la intervención quirúrgica genital en personas intersexuales y procedimientos obstétricos innecesarios, señaló que ello afecta física y psicológicamente a las mujeres provocando desde daños irreversibles en los tejidos vaginales hasta la muerte.
En este sentido, Amneris Chaparro considera que “la mutilación genital femenina no tiene ningún beneficio para la salud, de ninguna manera, y no hay argumento que pueda justificar su existencia”, es una práctica que ha jugado un papel histórico de control y desigualdad de género.
Conmemoraciones como la del próximo 6 de febrero, día de la tolerancia cero con la mutilación genital femenina, son una oportunidad para gritar claro y fuerte que la violencia contra las mujeres debe desaparecer, pero también para recordar que los prejuicios de género y los discursos discriminatorios son el caldo de cultivo para las agresiones más radicales contra el cuerpo femenino.
