Las voces de Jessica Sevilla, Gaby Quiroz, Sonia, Karla Isela, Karina López y el resto de las 119 asesinadas durante la pandemia se unieron en un solo grito de “¡justicia!” que inundó las calles de Toluca, como si las decenas de mujeres que marcharon este 25 de noviembre quisieran ahogar la ola feminicida que parece no detenerse en el Estado de México y el país.
Elena Aguilar
Este miércoles, como parte de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres, diversos colectivos feministas se dieron cita en distintos puntos de la capital mexiquense, todas marcharon para demandar lo mismo, la resolución de los asesinatos de mujeres, crímenes que distan mucho de ser homicidios y que a la fecha han tenido que resolver los propios familiares, amigos, hijos o conocidos.
“Tenemos miedo de no poder seguir luchando, de no poder hacer un comunicado más, de que nos sigan matando, porque a pesar de todo lo que hemos exigido, de los gritos, de las pintas y las quemas, seguimos amaneciendo muertas, tiradas en las calles o dentro de nuestra casa, siempre torturadas, asesinadas cruelmente a manos de nuestra pareja o nuestros familiares”, reclamaron algunas de las asistentes.
La demanda de los colectivos hacia las autoridades estatales fue la urgencia de proteger a la vida, la salud, la educación, la dignidad y los derechos de las mujeres, pero no igual que se defienden las del resto de la población, porque “ha quedado claro que la vida de una de nosotras vale mucho menos que la de los animales o los hombres”.
Con pintas, consignas, encapuchadas y enfurecidas, mujeres de todas las edades se tomaron de la mano para inundar cada rincón del edificio de la Secretaría de la Mujer, sobre la vía Morelos, en donde clamaron por acciones contundentes que no respondan a exigencias, sino al contexto cruento que cada día deja más niñas, adolescentes, adultas y ancianas en la indefensión.
“No vamos a parar hasta quemarlo todo, derrumbarlo todo, rayarlo todo, porque si matan a una debemos responder todas, mañana puede ser tu hija, tu esposa, tu hermana, tu tía, una amiga o sólo tu vecina. Ya basta de que nos maten, nos violen, nos torturen, y crean que no pasa nada, que no valemos lo suficiente como para defendernos”.
Las protestas se congregaron en la plaza de Los Mártires, en donde hubo pintas de las letras volumétricas, además de las siluetas de mujeres en la carpeta asfáltica sobre la calle de Lerdo, hubo canciones y cantos, gritos y bailes. Al frente, siempre la fotografía de alguna de las víctimas que hoy no ha sido localizada o que encontraron sus seres queridos en condiciones inhumanas.
(Foto: Elena Aguilar)
