Ante las medidas de distanciamiento social y autoconfinamiento para la mitigación de la pandemia por COVID 19, los mexicanos hemos incrementado nuestro uso de internet en un 20 por ciento. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos; antes de que entrara en vigor la Jornada Nacional de Sana Distancia, pasabamos entre 4 y 6 horas conectado a internet, hoy alcanzamos las 11 horas.
Ximena Barragán
Lo anterior incrementa las posibilidades de hombres y mujeres a convertirse en víctimas de violencia digital; ante la cual, las mujeres entre 18 y 30 años son las más vulnerables.
Cuando entendemos los espacios digitales como espacios reales (aunque no tangibles), la violencia digital resulta una extensión de la violencia sistémica que daña tres bienes tutelados: la dignidad la privacidad, la intimidad, aclaró la asesora legislativa y experta en violencia digital Olimpia Coral Melo (Ley Olimpia).
En un conversatorio albergado por el Observatorio Jurídico de la Facultad de Derecho de la UNAM, la también activista explicó que así como, en esta situación, nuestras actividades están migrando de espacios comunes a espacios digitalizados, la violencia también puede perpetuarse mediante redes sociales, correo electrónico y otros muchos espacios digitalizados que tal vez ni siquiera identifiquemos.
Aclaró que es importante distinguir entre ciberviolencia, que refiere a tecnicismos informáticos, violencia online, que requiere de una conexión a internet y violencia digital, que puede suscitarse incluso offline, solamente al almacenar datos o información en algún dispositivo.
Invitó también a reflexionar respecto al papel que jugamos en la prevalencia de la violencia digital con agravante de temas sexuales, “no es sólo quien lo sube y lo difunde, también quien lo baja, lo comparten… la hace viral. Cuando le das like contribuyes a una cadena de acoso”.
Además, aconsejó a los espectadores conocer las condiciones de privacidad de todas las plataformas que utilicen para comunicarse y cuidar con quienes comparten información “si en la calle no ofrecerías tu pack a un desconocido, ¿en internet porqué sí ?”.
Foto: Ximena Barragán
