“En esta ciudad se conservan antiguas casas, testigos mudos de esos tiempos, que deben ser preservadas y protegidas como parte de nuestro patrimonio”. (Margarita García Luna Ortega)
Carolina Reyes
¿Sabías que la ciudad de Toluca cuenta con un gran y significativo número de edificios arquitectónicos que datan de la época colonial del siglo XIX?
Sobre sus calles aún se pueden apreciar y disfrutar de recintos arquitectónicos que se conservan en un excelente estado, caracterizados por un toque de distinción en las fachadas de estilo francés, columnas dóricas y pilares monolíticos de piedra y madera.
Durante el gobierno de Porfirio Díaz se construyeron en Toluca, tanto en el orden público como en el privado, recintos arquitectónicos con la finalidad de embellecer y albergar los más importantes eventos e instituciones, acto que contribuyó al florecimiento de edificación Toluqueño.
En el desarrollo arquitectónico de la capital mexiquense, impulsado, en gran medida durante el gobierno de Porfirio Díaz, destaca una figura clave: Ramón Rodríguez Arangoiti, arquitecto e ingeniero responsable de definir gran parte de la identidad arquitectónica de Toluca mediante obras de arquitectura neoclásica como el palacio municipal y la catedral.
He aquí algunos de los monumentos arquitectónicos que dan testimonio al tiempo y que se erigen como estandartes culturales.
Los Portales
Punto de encuentro de la vida social y comercial de la actual Toluca, un lugar donde entretenerse, pasear y disfrutar de lo que el municipio ofrece.
La obra de este recinto fue dirigida por José María González Arratia, comenzó en 1832 y culminó en 1879 con variadas remodelaciones, cuenta con 120 arcos considerados como los más extensos del país.
El Palacio de Gobierno
Localizado en la Plaza de los Mártires, es uno de los edificios públicos que en conjunto con el Palacio del poder legislativo circunvalan la plaza cívica y la dotan de una belleza digna de admiración.
La plaza de los Mártires
Conocida así porque durante la guerra de Independencia fueron capturados y sacrificados 100 insurgentes, que hoy por hoy son conmemorados ahí.
La Casa de las diligencias
Pasó de ser un Hotel, una vecindad, un establecimiento que vendía legumbres y semillas y bodega hasta lo que es ahora; Centro Cultural de la Universidad Autónoma del Estado de México.
Rectoría
Edificio neoclásico pensado para el recogimiento de las novicias de la orden religiosa Carmelita pero que después fue donado para destinarlo al estudio de las ciencias sociales y exactas para adoptar el nombre de Instituto Científico y Literario del Estado de México posteriormente la ICLA y por último la UAEMéx. Hoy día alberga el Museo de Historia Natural, el Observatorio meteorológico y el teatro Universitario.
Plaza González Arratia
Antiguo cementerio que perteneció al convento Franciscano de La Asunción, se construyó en 1981 y fue remodelada posteriormente en 1996. Albergó el mercado viejo y los famosos viernes de tianguis que después del incendio de 1935 resurgieron como El Teatro Principal de Toluca mismo que proyectó obras de renombre como “El Fantasma de la ópera” y que en su época de mayor auge ya conocido por el nombre de Cine Coliseo exhibió películas de Cantinflas, María Félix, Pedro Infante entre otros reconocidos actores. La modernización lo llevó a ser una plaza, un estacionamiento y una zona comercial, hoy en día es una de las zonas más concurridas por las familias toluqueñas.
Templos religiosos
La Catedral de Toluca no sólo una muestra de arquitectura invaluable sino además un personaje, testigo de la semblanza toluqueña al pasar de los años. Cuenta con 67 metros de altura, 10 capillas que tomaron 111 años lograrse.
El Templo de la Merced se impone como conjunto arquitectónico de gran belleza, perteneciente a la Orden de La Merced se inició por Órdenes del Rey Don Jaime de Aragón en el año de 1182. Alberga numerosas pinturas de arte sacro, algunas de ellas pintadas por el célebre artista Juan de Dios Flores.
El Templo de San José “El Ranchito” es uno de los más imponentes no únicamente por sus dimensiones sino además por la historia religiosa que cobija; acoge en su interior urnas con tierra y sangre, restos de los niños San Félix y San Gaudencio, mártires romanos.
Margarita García Luna Ortega en su libro “Casas Antiguas de mi Ciudad expresa acertadamente.
“Es menester que se conserve en la memoria, que se proteja y se preserve como patrimonio, como parte de lo propio, de lo que nos pertenece de nuestra identidad”
(Foto: Luz Gutiérrez / Archivo/ Diego PH en Unsplash )
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