Seis de cada diez trabajadores en México practican la informalidad, eso implica que más de la mitad de la población del país se encuentren laborando en un sector poco seguro, las personas que laboran bajo estas circunstancias resultan vulnerables al no contar con derechos laborales básicos (vacaciones, aguinaldo o acceso a instituciones de salud) aunque en el año 2017, según cifras del INEGI 22.7% del PIB en el país fue generado por estos vendedores.
Leila Vargas
Los semáforos suelen ser un espacio potencial para la actividad de estos microempresarios, quienes diariamente ofrecen sus productos; bebidas energizantes, agua natural, periódicos, cigarros, barras de agua de sabor congeladas, cigarrillos, chicles y dulces varios, papas, esquites, utensilios para los carros y un largo etcétera además de ofrecer también servicios de entretenimiento y limpieza.
En las principales vialidades de Toluca (Lerdo, Las Torres, Tollocan, Pino Suarez), esta actividad representa el sustento para una gran variedad de familias, se trata de un oficio poco amable con el cuerpo, pero muy sustentable con la economía.
En términos municipales, la informalidad laboral constituye uno de los principales problemas, aunque los años más recientes se han logrado tasas bajas de desempleo (por debajo del 3.5% de la población mayor de 15 años), la informalidad no ha logrado reducirse y la creación de empleos formales sigue estancada, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI.
Otros indicadores contienen información sobre el grupo poblacional que practica estas actividades que en su mayoría está conformado por adultos jóvenes, cuatro de cada 10 trabajadores en estas condiciones tienen entre 25 y 44 años mientras que con menor presencia están los empleados informales de 45 a 64 años (3 de cada 10), los de entre 12 y 24 años (2 de cada 10) y los mayores de 65 años (1 de cada 10).
(Foto: José Uribe)
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