Martha Romero
Es urgente reconocer que el acecho en redes, también conocido como stalkear, puede ser la puerta a un sinfín de violencias más graves, como el feminicidio, la desaparición y la trata, además, permite que se perpetúen las desigualdades que afectan de manera desproporcionada a las mujeres, atentando contra su libertad, autonomía y desarrollo, afirmó la diputada Isabel Sánchez Holguín, integrante de la bancada del PRI.
Citando cifras de estudios llevados a cabo en otros países, la legisladora señaló que en Canadá y Estados Unidos se encontró que el 81% de las víctimas de acecho eran mujeres y el 86% de los victimarios eran hombres, quienes podrían ser exparejas, conocidos o personas con las que las víctimas habían tenido alguna relación de trabajo, amistad u otras. Una investigación realizada en el Reino Unido comprobó que en el 94% de los asesinatos de mujeres ellas habían sido acechadas por sus asesinos.
Por ello, presentó una iniciativa para incluir en el Código Penal del Estado de México el acecho como un delito contra la libertad, seguridad y tranquilidad de las personas; propone se persiga por querella, o bien de oficio cuando las víctimas sean menores de edad, y se impongan penas de seis meses a dos años de prisión, además de 100 a 300 días-multa a quien de manera directa aceche o intimide a una persona.
Añadió que las penas se agravarán desde una mitad hasta dos tercios cuando el acechador ingrese o se aproxime al lugar de residencia de la víctima o de cualquier persona con la que aquella mantenga lazos de parentesco o amistad y los amenace con provocar algún daño físico o a sus bienes, o bien cuando se ejerza presión para que la víctima realice alguna acción en contra de su voluntad; cuando se cometa la conducta haciendo uso de cualquier arma u objeto punzocortante; cuando se realice un acto de vandalismo en perjuicio de bienes muebles o inmuebles propiedad de la víctima, de familiares o amistades, o se cometa para el cobro de un adeudo existente o inexistente.
Además, las penas previstas se incrementarán hasta el doble cuando el delito sea cometido por personal del servicio público, provenga de una persona adulta en contra de un menor de edad o se realice en contra de una mujer embarazada, persona adulta mayor o persona con discapacidad, o bien se cometa en razón de la identidad de género u orientación sexual de la víctima, entre otros.
Sánchez Holguín explicó que perpetra el delito de acecho quien de manera reiterada siga, vigile o se comunique persistentemente con alguien en contra de su voluntad, atentando contra su tranquilidad, libertad, intimidad y seguridad.
Refirió que, como consecuencia del acecho, la persona tiene que modificar sus hábitos, costumbres, itinerario, número de teléfono, correo electrónico, perfiles de redes sociales o cambiar de lugar de residencia, trabajo, escuela, centro religioso o culto, los cual puede tener impacto en varias esferas, como la salud mental y física, así como en lo económico.
(Foto: cortesía)
