Gabriela Landetta
“Necesitamos un espacio donde podamos ofrecer nuestros productos porque lamentablemente no hay un lugar para nosotros los artesanos; además las piezas que elaboramos no son apreciadas por la gente, no sabe valorar todo el trabajo que nosotros hacemos”, expresó Maura Teresa Martínez, artesana de San Cristóbal Huichochitlán, quien elabora piezas con fibras vegetales: la palma.
En el marco del Día del Artesano y al participar en la Feria Delegacional, Artesanal y Gastronómica de Toluca que se inauguró este martes en la plaza Fray Andrés de Castro, Maura se refirió así a los principales problemas que, en su opinión, enfrentan este sector.
Mencionó que siempre se enfrentan con la situación del regateo, ya que los compradores no quieren pagar lo que es justo: “es muy lamentable que la gente no sabe valorar ni apreciar el trabajo que nosotros elaboramos como mexicanos”, insistió.
Como ejemplo, señaló unas bolsas miniaturas que elaboran y son su especialidad, las cuales no miden ni un centímetro y son muy complicadas de realizar por el mismo tamaño que tienen, y que en promedio le lleva entre 4 y 5 horas hacerlas en color natural, porque pintarlas implica otro proceso en el que puede tardar todo un día.
“La palma yo la compro por pieza -explicó- la compramos natural y yo la tengo que pintar con pintura de anilina, y eso también cuesta, y, para poder pintar, primero tengo que preparar la palma, rajarla muy finita, que sea la misma medida, el mismo tamaño; y esto me lleva un tiempo, prácticamente me tardo todo un día para preparar la palma”.
El producto final, que sirve para dar un regalo como aretes, anillos o dijes, lo vende en 80 pesos, pero “la gente me empieza a regatear y empieza a decir “ay, esto está muy pequeño y está muy caro”, pero también son cosas muy finitas”, expresó la artesana toluqueña.
Teresa Martínez mencionó que invierte entre mil 500 y mil 800 pesos al mes en la compra de la palma, a fin de elaborar diversos productos. Sin embargo, la recuperación tarda más en lograrse.
“Sí recupero la inversión, pero no al mismo tiempo; yo la recupero si es que nos dan un espacio y si hay venta, yo creo que en unos tres meses, para poder recuperar lo que yo gasté aquí”, dijo mostrando sus diversidad de piezas que van desde tortilleros hasta crucifijos y otras piezas sacras, así como aretes y otros adornos.
(Foto: Gabriela Landetta)
