Martha Romero
Colectivas feministas y organizaciones de mujeres en Toluca, exigieron la destitución del titular de la Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM), Andrés Andrade Téllez, a quién responsabilizan por los daños que sufrieron algunas mujeres e infancias en la marcha del 8 de marzo en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
A través de un comunicado, denunciaron que el pasado 8 de marzo el gobierno del Estado de México desplegó a elementos policiales en las calles de Toluca, quienes portaban extintores que fueron usados contra las manifestantes, lanzaron con mangueras polvo químico seco combinado con posible gas pimienta o gas mostaza.
Denunciaron que privilegiaron la protección de bienes muebles e inmuebles por encima de la vida, la integridad y la libertad de las mujeres que ejercieron su derecho a la protesta, por lo que condenan la represión perpetrada por el gobierno estatal encabezado por Delfina Gómez Álvarez y la policía estatal, pues afectaron física y psicológicamente a mujeres e infancias.
Tras argumentar que en la lucha por sus derechos siguen siendo víctimas de represión, persecución y criminalización, dijeron que no se cansarán de gritar gobierne quien gobierne y sea del partido que sea, las mujeres defenderán sus derechos porque el Estado de México es la entidad con más feminicidios en el país, porque continúan las desapariciones de mujeres, las violaciones y los distintos tipos de violencia.
“Porque nos enfrentamos todos los días a la precariedad laboral y la violación de nuestros derechos laborales; porque el aborto legal todavía no es un derecho, y poque seguimos siendo víctimas de un estado omiso, patriar cal y represor”, resalta el comunicado.
Refirieron que el pasado viernes colectivas y organizaciones feminista convocaron a la marcha con la consigna “Gobierne quien gobierne, las mujeres se defienden” para manifestarse por una vida libre de cualquier tipo de violencia, por mejores salarios y condiciones laborales, además de buscar el reconocimiento de sus derechos universales, sociales y políticos, así como justicia por los feminicidios, en cambio, fueron recibidas con gases químicos y agresiones.
Además, un día antes las autoridades mandaron a embalar estatuas y monumentos, pusieron vallas, cubrieron sus paredes y suspendieron labores en los tres niveles de gobierno, en lugar de quedarse a atender las exigencias de las mujeres, en suma, el mensaje para las manifestantes fue “No estamos abiertos al diálogo”.
Sin embargo, el día de la marcha, alrededor de 10 mil mujeres fueron recibidas en el centro de la capital mexiquense con gases químicos y agresiones, pues fue desplegada una cantidad desmedida de policías, así como la policía antimotín y la supuesta policía de género, pero no para cuidar su integridad, sino para agredirlas.
La dependencia estatal de seguridad señaló que hubo 19 policías heridos y que ninguna mujer fue lesionada o afectada, sin embargo, se contabilizaron decenas de mujeres intoxicadas por el uso del polvo seco toxico, presentaron desmayos, quemaduras en la piel, irritación en ojos, nariz, boca y garganta, inflamación pulmonar y dolor de cabeza tras las agresiones, además de lesiones en el cuerpo y ataques de ansiedad y pánico.
Finalmente, condenaron la represión perpetrada por el Gobierno del Estado de México y la Secretaría de Seguridad, por afectar física y psicológicamente a mujeres e infancias, así como el intento de justificar la represión que sufrieron y que las señalen como violentas cuando siguen sin aplicar políticas públicas eficaces que hagan frente a la violencia estructural que sufren las mujeres.
(Foto: de archivo, José Hernández)
