Gabriela Landetta
Cada 4 minutos una persona sufre un infarto cerebral a nivel mundial; y de cada 10 afectados, seis quedan con secuelas neurológicas de por vida. Por ello esta enfermedad se considera por la Organización Mundial de la Salud como un foco rojo, ya que causará más muertes y discapacidades en los próximos años. Así lo manifestó Luis Daniel Sánchez Arreola, médico urgenciólogo e integrante de la mesa directiva de la Asociación Mexicana de Medicina de Emergencia, en entrevista exclusiva con este medio informativo.
Señaló que el infarto cerebral es la segunda causa de discapacidad, después del Alzheimer como enfermedad, además de que representa un fuerte desembolso económico para las personas que quedan con secuelas, ya que pueden entre 800 mil y 900 mil pesos anuales para sus tratamientos y rehabilitación.
Lamentablemente dijo, en México no se cuenta con estadísticas reales sobre el número de personas que padecen esta enfermedad, aunque se estima que la incidencia es de aproximadamente 230 casos por cada mil habitantes, y el mayor número de casos se presentan donde hay mayor densidad poblacional como el Estado de México y la Ciudad de México.
“La Organización Mundial de la Salud nos ha puesto al descubierto que la incidencia se está incrementando de un siete a un 10 por ciento cada año. Eso quiere decir que si no hacemos nada en este momento para poder cambiar el curso de esta enfermedad, en el 2030 vamos a tener a más del 60 por ciento de riesgo, de toda la población a nivel mundial, de llegar a una sala de urgencia por infarto cerebral”.
Bestrategia Camaleón, el posible remedio
Sin embargo, esta situación puede cambiar si los signos y síntomas de la enfermedad son detectados a tiempo, y para ello, desde hace más de cinco años, las sociedades médicas del país adoptaron la Estrategia Camaleón, la cual ayuda a reconocer esas señales de alerta para que la persona que las presenta sea llevada de inmediato a un hospital.
“En realidad solamente tenemos 4 horas y media para poder atender a un paciente con estos síntomas y ponerle un medicamento para disolver ese coágulo de sangre que está ocasionando el infarto cerebral, porque eso es lo que pasa: se obstruye el flujo de sangre en el cerebro y hay un coágulo de sangre que podemos tratar pero lo tenemos que hacer en un tiempo récord”, advirtió el especialista.
Destacó que la difusión de esta estrategia en medios de comunicación masiva, en lugares donde hay más densidad de población, como el transporte colectivo y en redes sociales ha permitido que la gente recuerde la palabra “camaleón”, como los datos de un infarto cerebral.
Sánchez Arreola explicó que el nombre de la estrategia es un acrónimo que recuerda los signos y síntomas más comunes de un infarto cerebral: “Ca: cara colgada, es como se desvía la boca de lado, la cara tiene una simetría. Ma: mano pesada, como que hay disminución en la fuerza de un pie en una mano no podemos caminar, no podemos tomar un objeto. Le: lengua trabada, no podemos hablar, hablamos un poco lento, raro, y Ón, es un llamado a la acción, es encender el teléfono y llamar al número de emergencias en México que es el 911 y hacer que esa persona que tiene esos síntomas y signos llegue lo más pronto posible a un hospital”.
Y es que dijo, las personas con infarto cerebral están llegando 2 muy a tarde a los servicios de urgencias cuando ya es muy poco lo que se puede hacer por ellas, y a través de esta estrategia se busca evitar esa situación. No obstante, mencionó que hay algunas otras enfermedades que pueden presentar síntomas similares.
“La parálisis facial, que es una enfermedad muy común. la diferencia de la parálisis facial con el infarto cerebral es que solamente afecta la cara y no tenemos alteraciones ni de lenguaje ni de la fuerza en las extremidades. Otra de las enfermedades comunes es la hipoglucemia o la baja de glucosa en sangre, que también podría hacer que una persona se desmaye y pueda simular un infarto cerebral, y bueno, lo importante realmente es que el diagnóstico lo tenemos que hacer en el hospital”.
Luis Daniel Sánchez destacó que el infarto cerebral cada vez cobra mayor importancia porque está asociado con otras enfermedades crónicas, al igual que el infarto cardíaco, como son la diabetes, la hipertensión arterial, la obesidad y la dislipidemia, que a su vez se desencadenan por factores hereditarios, mala alimentación, vida sedentaria si ejercicio físico, abuso del alcohol y del tabaco, entre otros.
“La última Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (…) nos deja al descubierto que cada vez más mexicanos tienen una enfermedad crónica a edades tempranas. Estamos hablando de que hoy, casi 50 por ciento de los mexicanos ya tiene por lo menos una enfermedad crónica, que esto ya es un factor de riesgo para que en algún momento desarrolle un infarto cerebral”.
Al respecto, señaló que anteriormente el infarto cerebral era más común en mujeres y sobre todo, en pacientes mayores de 60 años, pero ahora se presentan casos en personas más jóvenes, de 40 años aproximadamente porque tienen todos esos factores de riesgo, por lo que es importante prevenir esas enfermedades crónicas a fin de evitar que detonen un infarto cerebral.
Mencionó que, por ejemplo, “un paciente que tiene diabetes o hipertensión tiene hasta seis veces más riesgo de estar cursando con un infarto cerebral y por eso es muy importante tratar esto, ir al médico dos veces al año ver nuestros niveles de colesterol en sangre, de azúcar o glucosa; si yo tengo familiares directos enfermos con algunas de estas enfermedades también considerar que debo de tratarme a tiempo y hacer un diagnóstico, y esto a la larga va a ayudar a que tengamos menos riesgo de llegar a una sala de emergencia por un infarto cerebral”.
El médico urgenciólogo señaló que, aunque en un porcentaje mínimo, la enfermedad también puede presentarse en niños. Al respecto dijo que el 90 por ciento de las causas de un infarto cerebral están relacionadas con las enfermedades crónicas antes referidas pero hay alrededor de un 10 por ciento que puede ser ocasionado por otros factores como el tener enfermedades del corazón, algunas desde el nacimiento, o dislipidemia que ocasiona un aumento del colesterol y triglicéridos en sangre, pero de manera no relacionada a la dieta.
“Estos son factores que pueden ocasionar infartos en los niños, aunque el porcentaje es mucho menor. El 90 por ciento de los infartos cerebrales siempre será en adultos y se asocia a esas grandes enfermedades [diabetes, hipertensión, obesidad…]
Sánchez Arreola también comentó que “probablemente la gente ha escuchado términos como embolia o como derrame cerebral, que hacen precisamente referencia a la enfermedad vascular cerebral, porque es la enfermedad que afecta a todos los vasos sanguíneos del cerebro. Esto se presenta como un infarto cerebral en la mayoría casos, pero también puede haber hemorragias dentro del cerebro y es difícil distinguirlo en la calle o en algún lugar público, porque la persona puede tener los mismos síntomas y no saberlo; y la única manera de saberlo es llegar a un hospital y hacerle un estudio”.
En ese sentido, informó que aproximadamente el 90 por ciento de los casos de la enfermedad vascular del cerebro van a ser infartos cerebrales y alrededor de 10 por ciento, hemorragias, y a través de la estrategia Camaleón se ha logrado identificar más rápido a pacientes que cursan un infarto cerebral
(Foto: Especial Portal)
