E. Rivera
Algo no cuadra en la designación de Juanito Maccise Naime como alcalde sustituto o suplente de Toluca: todavía no se ha hecho la declaratoria oficial de ausencia definitiva del alcalde fugitivo Raymundo Martínez Carbajal.
Y mientras Juanito está que no cabe de alegría inaugurando obras y asistiendo a eventos culturales, nos dicen que las compras, los arrendamientos, los permisos y licencias, así como las contrataciones y demás actos administrativos donde se gasta el presupuesto municipal, se redireccionan hacia comercializadoras, empresas y particulares cercanos a los afectos y lazos familiares del neófito alcalde.
Pero alguien debería explicarle que mientras no haya declaratoria formal de la ausencia definitiva de Raymundo Martínez Carbajal, debería contener un poco a las hordas de paisanos y parientes que ya están devorando el presupuesto municipal.
El que no se haya dado dicha declaratoria de ausencia definitiva equivale a que no haya acta de defunción cuando desaparece una persona y su cuerpo no es encontrado para confirmar su muerte, pero mientras tanto y en un acto posiblemente ilegal, los parientes vivales ya se están repartiendo la herencia.
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