Leobardo Hernández
Sexo y familia… los temas prohibidos en los libros de la SEP
Le educación sexual en México ha sido un tabú permanente, prácticamente se prohíbe el tema en cualquier núcleo social, principalmente en el entorno familiar; no obstante, nuestro país ocupó, en 2019, y de acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el primer lugar en abuso sexual contra niños y niñas, hecho que pone en evidencia la necesidad de comprender la sexualidad desde edades tempranas para prevenir este delito que se comete, principalmente, por los propios parientes consanguíneos.
El rechazo de organizaciones que se atribuyen losconceptos “familiares”, “por la familia”, “padres de familia”, etcétera, a los libros de texto gratuitos de la SEP ha tomado como estandartes dos perfiles: el supuesto adoctrinamiento comunista en el material didáctico y le exposición de niños y niñas a “temas prohibidos” como la sexualidad, con el argumento de que los niños no piensan en sexo hasta que se les mete en la cabeza.
El hecho de mantener la inocencia en los infantes no implica el cultivo de la ignorancia. Conocimiento es poder, y cada ser humano explora la sexualidad prácticamente desde el nacimiento, es algo inherente al ser humano e implica mucho más que el coito; no obstante, cuando se enfoca únicamente en este objetivo, nacen entonces las modalidades de abuso que pueden perpetrarse en los menores precisamente porque el ejercicio de la sexualidad, a pesar de ser algo natural, es individual. El estigma sobre el ejercicio de la sexualidad rompe totalmente la seriedad para abordar el tema y resulta contraproducente.
Ahora, ¿qué propuesta hay acerca del tema en los libros de texto? Aquí viene otra falacia de los detractores, quienes pugnan por una educación “científica” en detrimento de estas aseveraciones. De facto denuestan los estudios sociológicos y psicológicos empleados con el fin de apuntalar la diversidad. Se condena la inclusión de otras maneras de la expresión sexual que no directamente corresponden con el fin erótico; más bien obedecen a la actualidad, aunque la homosexualidad,transexualidad, entre otras, siempre han existido; mas ahora es cuando se ha pugnado de forma contundente por la defensa de esta naturaleza.
Al respecto, la senadora presidenta de la comisión de educación en el senado de la República, Antares Vázquez, en una entrevista me compartió “el tema de la educación sexual se ha planteado, y bien, en los libros de texto gratuitos desde los años setentas, fue un escándalo, y entonces ha seguido siendo un escándalo cuando es una situación natural, normal del ser humano, y que es necesario abordar desde una perspectiva científica y que sea real porque las niñas y niños empiezan a tener curiosidad por su cuerpo y es mejor que tengan información de buena calidad, de primera mano”.
En el libro Construyendo sexualidades o cómo educar la sexualidad de las hijas y de los hijos, Carlos de la Cruz y Juan Carlos Diezma plantean que lo más óptimo es entablar el diálogo sobre este rubro desde el hogar; no obstante, y por herencia cultural, es poco probable el diálogo entre padres e hijos en esta asignatura. Por tanto, los libros de texto gratuitos subsanan esta deficiencia “tradicional” de una educación sociocultural arcaica.
Antares Vázquez manifestó, al respecto que “para muchas familias es un tabú, y eso no se trata nunca, y efectivamente en México tenemos un alto índice de embarazo adolescente […] siempre ha sido un tema de discusión porque los conservadores no están de acuerdo en que se enseñe educación sexual en la escuela”. Con esta base, agregó que las y los docentes, desde su preparación académica y pedagógica para abordar la temática de forma respetuosa y certera.
Libros y familia
Una innovación sustancial de los nuevos libros de texto gratuitos de la SEP es la dinámica propuesta. No son libros únicamente abordados en clase ni únicamente abordados por los estudiantes. Resulta irónico que la Unión de Padres de Familia, que no es más que una organización política, brazo del panismo, haya despotricado contra este material, y más terrible aún el convencimiento en varios sectores de la sociedad para secundar el amparo promovido para suspender la entrega de los textos.
En contraste, y algo definitivamente bello en esta nueva planificación académica, es el modelo colaborativo no sólo con los compañeros y compañeras de colegio, pues, según explicó Antares Vázquez, “van a poder tener un libro para trabajo en el aula, un libro para trabajo en la escuela, un libro para el trabajo en la comunidad. Hay un libro para la casa, que van a poder tener madres y padres de familia también”.
En este aspecto, no es una bibliografía perversa impuesta a espalda de los padres y madres para manipular a los infantes. “Nosotros queremos formar comunidad y que la escuela sea el pibote de la comunidad y que niñas, niños, maestras y maestros y, por supuesto, padres y madres de familia, que se vaya fortaleciendo también el involucramiento de la familia en la formación de los niños y de las niñas”, enfatizó Antares Vázquez.
Esto sin duda es un acierto, pues la individualidad en la que se ha enfocado la educación hasta el momentoha fomentado una separación, claro, sin generalizar, y hasta una desobligación de las familias con la preparación escolar de los pequeños. Es más, y he sido testigo, existen reclamos de padres o madres a profesores porque el alumno se porta mal en casa como si fuera responsabilidad exclusiva también del profesor desarrollar criterios éticos y morales en el dicente.
También cabe señalar que la nueva estructura académica se fundamenta en principios filosóficos alejados del positivismo tradicional al que se sujetó la vida académica del mundo occidental prácticamente todo el siglo XX y lo que llevamos del XXI, cuyo resultado es una separación absoluta de la ciencia y la convivencia con el entorno social y natural que ha desembocado, como lo podemos ver, en un sistema de explotación y desigualdad aterradores. Y de este fundamento teórico hablaremos en la próxima entrega de esta columna.
