La Onda Plana
| Por Eric Rosas
Durante su intervención en el segmento de desarrollo sustentable del segundo debate organizado por el Instituto Electoral del Estado de México, la entonces aspirante a la gubernatura de la entidad mexiquense para el periodo 2023 a 2029, la profesora Delfina Gómez Álvarez, propuso que apoyaría la vinculación entre la academia y la industria mediante el impuso al modelo educativo dual. La educación dual es una propuesta que se originó en Alemania, principalmente, a raíz de la necesidad imperiosa que ese país tenía de dotar a su planta productiva, en particular a las armadoras de vehículos ligeros, con la suficiente fuerza laboral entrenada que le permitiera hacer frente a los altos niveles de competitividad que en un momento dado estaban imponiendo sobre el mercado mundial las marcas niponas, con base en sus muy estrictos y efectivos sistemas de gestión de la calidad.El modelo dual consiste en acercar paulatina, pero de manera creciente, a los estudiantes de niveles educativos medios a la industria, a través de la realización de estancias en las fábricas. En dichas estadías los estudiantes aprenden los procesos productivos de las compañías, se entrenan en la operación de las máquinas y equipos que se usan a diario por las fábricas, e implementan lo aprendido en sus cursos teóricos que reciben en las aulas.
Con este tipo de formación no sólo se capacita a los jóvenes, sino que al mismo tiempo se les entrena, dotándoles así de la práctica que requieren las empresas para aprovechar rápidamente la nueva fuerza laboral. El beneficio para los estudiantes es igualmente inmediato, pues al adquirir la capacitación y el entrenamiento suficientes, pueden recibir certificaciones por las competencias que van adquiriendo, mismas que les permiten acreditar su valía ante cualquier otra empresa; también se encuentran en la posibilidad de iniciar a edades tempranas su etapa laboral y productiva, ganando salarios que ayudan a la economía familiar o les permiten independizarse, continuar con sus estudios de niveles superiores si así lo desean, o insertarse de lleno en aquella carrera técnica que les atraiga.
En México dicho modelo dual también ha sido replicado con cierto éxito en algunas entidades de la República, pero por algún motivo no ha sido así en el Estado de México, por lo que, ahora que la maestra Gómez inicie su sexenio, será interesante conocer cuál será la estrategia que pretende implementar a fin de impulsar esta modalidad formativa que tanta falta le hace a la planta productiva mexiquense para recuperar el paso que ha perdido frente a otras entidades de México, que en las décadas recientes han alcanzado niveles de desarrollo y crecimiento similares a las de las principales economías del orbe gracias a la implementación de medidas educativas vanguardistas como la comentada.
Lo primero que surge a la mente es aprovechar los sistemas educativos con los que cuenta la entidad mexiquense, como la de universidades tecnológicas, los institutos tecnológicos, o los centros de bachilleratos tecnológicos, industriales y de servicios, que llevan operando desde hace varios años o incluso décadas; pero a los que les ha resultado difícil alcanzar una vinculación efectiva con las diferentes industrias asentadas en el territorio estatal. Por otra parte, ante el arribo de nuevas tendencias tecnológicas quizá sea oportuno incluir las áreas del conocimiento y prácticas que serán necesarias para apuntalar los procesos de producción de industrias futuras, que estarán basadas en las tecnologías de la información y la computación, la optoelectrónica, la inteligencia artificial; entre muchas otras más.
Lo anterior, dicho sin aberraciones.
