Ivan Joatzay
Para preservar el significado del tradicional Paseo de San Isidro, múltiples cuadrillas compuestas por cientos de familias originarias del Estado de México salen a las calles de Metepec una vez al año para, entre el baile, canto y regocijo colectivo, agradecer y pedir al santo de San Isidro Labrador por la mejora en las cosechas de la tierramexiquense.
En entrevista con Portal, Juan Ernesto Ramírez Juárez, padre y representante de la cuadrilla Ramírez Becerril cuenta cómo ha sido el involucramiento y evolución de su familia dentro del recorrido conmemorativo.
El ser parte de las tradiciones
Formando parte del Paseo de San Isidro desde hace más de 30 años, Juan Ernesto cuenta que, desde que eran pequeños, su madre le inculcó a él y sus hermanos la tradición de agradecimiento a San Isidro al recorrer las calles metepequenses “desde que nacimos”.
Aunque en un inicio su familia era de un numero pequeño, con el pasar de los años y el crecimiento de sus integrantes, se ha formado de aproximadamente 70 personas que, año con año, agradecen al labrador mozárabe por el cuidado y gratificación hacia su salud y bienestar. A pesar de que desde hace muchos años ya no ejercen el cultivo porque “no hay milpas, cosechamos la salud y la labor de nuestra familia”,afirman los integrantes de la cuadrilla.
“Dependiendo de la actitud que tú tengas, tú le pides con mucha fe y él te ayuda, te hace las cosas más venideras ymás tranquilas. Se te hacen las cosas que tu deseas, claro que dinero y cosas de ese estilo no, pero salud, esfuerzo y todo lo que conlleva para ser feliz, sí”, expresó Juan Ernesto sobre el significado familiar que sobrelleva el Paseo de San Isidro en sus vidas.
Representando la agricultura nacional
Dentro de sus preparativos, en pro de diversificar larepresentación agricultora y por dar “un buen aspecto al paseo”, la familia Ramírez explica que anualmente cambian los decorativos y la vestimenta que utilizan dentro de la festividad. Este año portaron una vestimenta originaria de Tutla Oaxaca que, compuesta de tiliches o “viejón”, representan a los agricultores que trabajaban en haciendas de la región.
“En otro tiempo a los trabajadores no los trataban bien, era algo muy común, entonces, cuando ellos tenían un descanso, solían hacer su fiesta con estas vestimentas y con cosas viejas. Las máscaras representan a una persona feliz, pero con ropas viejas”, explicó el representante.
Asimismo, al personalizar su carro alegórico con decorativos referentes al maíz, artesanías hechas de palma, petates originarios y una figura “nuestro santito de San Isidro Labrador”, los danzantes buscan venerar la agricultura y representar el arado de yunta.
Como un acto que se debe de preservar Juan Ernesto explicó la importancia de, en tiempos del auge tecnológico, seguir compartiendo y enseñando a las nuevas generaciones las raíces que formaron las tierras mexiquenses:
“Son muy importantes por la cultura que tenemos en México. Esta es nuestra deidad y refleja lo que nosotros pensamos y somos, por lo que necesitamos que nuestras generaciones que vienen sigan el ejemplo, siempre y cuando cumplan con valores y ética moral para seguir adelante.”
(Foto: Ivan Joatzay)
