Vanessa Baez
El alfeñique es uno de los símbolos más representativos del Estado de México y de Toluca en el mundo, su valor cultural se basa tanto en el arte de su creación como en el significado desde sus primeras raíces hasta lo que conocemos hoy en día.
Francisco Estrada, cronista de Toluca, señaló en entrevista con Portal que los primeros registros de este tradicional dulce elaborado a base de pasta de azúcar datan de 1630 en México, pasando hasta la creación de la Feria del Alfeñique en 1981.
El recorrido de esta historia comenzó en los conventos coloniales, donde eran elaborados dulces de los mismos ingredientes, pero fue hasta que los artesanos pidieron permiso a la iglesia que este pudo ver la luz de la creatividad.
Originalmente se adoptó la forma de borreguito, ya que al obtener los artesanos el permiso católico para realizar sus creaciones fuera de la religión, debían guardar una forma de agradecimiento y respeto a la misma para evitar su persecución. Por ello, el borrego simboliza al pastor.
Posteriormente, pudieron irse formando otras figuras como cerdos, gatos, venados y demás animales con la adopción de creencias populares relacionadas con la muerte, ya que, de acuerdo a los relatos populares, estos seres también representan la “guía al más allá”, es decir, el trascender a otros planos espirituales.
De acuerdo con Francisco Estrada, este tipo de planteamientos son evoluciones sumamente ricas que incluso pueden derivar un análisis filosófico, sociológico y antropológico.
Alfeñique, una joya de Toluca
Según el cronista, este dulce debe ser considerado “una joya” en la entidad, ya que guarda una historia cultural y es distintivo de la región.
“En el alfeñique hay al menos tres culturas del mundo: se encuentran los árabes, españoles e indígenas. Por ello necesitamos apoyar a los artesanos que trabajan desde la primavera hasta el otoño”, señaló.
Así mismo, destacó la enorme necesidad de rescatar esta tradición ya que podemos estar en un punto donde se acerque su extinción por la disminución en la compra por parte de nuevas generaciones.
“Necesitamos diálogos para rescatar el alfeñique”, enfatizó.
(Foto: Vanessa Baez)
