Lucio Ramírez Medina
¿Qué factores mantienen la brecha salarial contra las mujeres?
A pesar de los constantes avance en la actualización de leyes, reglamentos, derechos humanos y enfoques de género, lo cierto es que en la práctica sigue existiendo la marcada brecha salarial en contra de las mujeres, y es preciso:
Identificar y reconocer todas aquellas actitudes, programaciones, creencias, prácticas, ideas, pensamientos y, por supuesto, sesgos inconscientes, que pueden estar contribuyendo a que las mujeres no lleguen al puesto laboral que anhelan y merecen, en virtud de que los hombres siguen siendo favorecidos en todo sentido.
Pueden trabajar conscientemente para eliminar todas esas cuestiones, recomienda la especialista Raquel Ortiz a todas aquellas mujeres que no se han atrevido a pedir el aumento salarial que merecen, que no han alzado la voz cuando algo está mal en su entorno laboral y les perjudica, o cuando no se les brinda el reconocimiento que han buscado sobre el desempeño de sus labores.
Insiste en que no debe haber nada que detenga a las mujeres en el logro de la igualdad plena con los hombres en la retribución de igual salario ante igual nivel jerárquico y de responsabilidades laborales.
En México, el 51% de la población son mujeres, pero en cambio, sólo el 44 por ciento del total tienen acceso a un trabajo remunerado, ya no digamos igual al de los hombres, sino que siguen padeciendo de una brecha salarial de un 27 por ciento en promedio, respecto al que percibe la población masculina.
Esta desventaja provoca que sólo el 8% de los puestos de trabajo en los consejos de administración, y el 35% de alta dirección, son ocupados por las mujeres.
Para corregir estas tendencias, voluntarias o involuntarias, es preciso que las mujeres estén mejor organizadas y participen en los movimiento sociales que tienen como objetivo lograr, en la realidad y con hechos, la igualdad salarial, la equidad de oportunidades laborales en todo tipo de puestos, para eliminar así, y de una vez por todas, los privilegios que se mantienen por el hecho de ser hombre, de desventaja por la simple condición de mujer, porque de otra manera seguirán viéndose bombardeadas de ideas, prácticas, actitudes, pensamientos y sesgos inconscientes, de predisposición a creer que van a ser criticadas o demeritadas si buscan trabajo, un puesto de liderazgo, un aumento de sueldo, un esquema flexible, o el reconocimiento de la autoridad, insiste Raquel Ortiz.
*Licenciado y Maestro en Periodismo
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