Miguel García
En el marco del próximo regreso a clases, esta semana en el Estado de México se lleva a cabo el proceso de inscripción de los alumnos de educación básica; tema recurrente cada ciclo pero el cual trasciende por el pago extraordinario de las denominadas “cuotas voluntarias”, las cuales, por la falta de revisión de la autoridad, se han convertido en “pagos obligatorios” para los padres de familia.
Pese a que la postura de la autoridad educativa es que las “cuotas, o donativos” en materia educativa no son condicionantes para el servicio en los planteles, tanto integrantes de las asociaciones de padres de familia junto con los directivos de cada plantel, fijan montos, forma de pago y mecanismos para garantizar el desembolso de las familias.
Al momento, las cuotas escolares están contempladas dentro de la ley de educación en la normatividad federal y estatal, donde se plantea que las cuotas son en realidad “donaciones al proceso educativo, por lo que al tener esta categoría nadie puede condicionarlas a la prestación del servicio educativo tema que dista de ser cierto”.
Con ello, según la ubicación de la escuela, estos pagos oscilan entre los 300 y 600 pesos, montos que quedan en manos de los representantes de las asociaciones de padres de familia, quienes definen las áreas a las que destinan estos recursos pero que la propia autoridad no inspecciona.
“Estos recursos son manejados en todo momento por los propios padres de familia, quienes determinan hacia dónde dirigir la suma alcanzada en beneficio de la propia educación de sus hijos”, indicó Maricarmen Chávez, directora de la primaría Emiliano Zapata del municipio de San Mateo Atenco.
La autoridad defiende que son las asociaciones de padres de familia las que se organizan para plantearse retos de cómo utilizar estos recursos para la mejora de infraestructura: “en ningún momento deben ser una contraprestación que condicione el servicio”, sostienen
Estos apoyos, dicen, terminan coadyuvando a mejorar la educación ante los retos que representa un sistema educativo: “yo creo que es válido que toda la sociedad nos sumemos en ese propósito, todos somos padres de familia me parece que la mejor inversión que podemos hacer es apoyar para que nuestros hijos estén en las mejores condiciones posibles”, indicó Rosa Camacho, madre de familia.
La operación, para llamarlos a “aportar”, el día de hoy se realiza mediante un grupo de whatsapp, en el que les indican que si no desean cooperar, deben aporten elementos como hojas de papel, tintas para impresoras, diurex y otros insumos para su labor. En caso contrario se ponen trabas para concluir sus procesos de inscripción o son señalados dentro del grupo escolar.
A pesar de que existe esta práctica, en la que los padres de familia ayudan con estos gastos, la directiva explicó que no se puede condicionar a los estudiantes ni a los papás.
“Es importante señalar que esta cooperación se debe entender como un apoyo voluntario, que ayuda a mejorar las condiciones de las escuelas, pero no tiene por qué afectar la educación del menor”, refirió.
Con ello, nadie puede condicionar la entrada, la entrega de documentos o la inscripción por ellas; sin embargo, a unos días del regreso escolar, la mayoría de los padres de familia abrirá la cartera para cumplir con este pago “voluntario” que hoy en el estado de México, por la falta de inspección de la autoridad, se ha convertido en obligatorio.
(Foto: Miguel García Conejo)
