Ramón Cuevas Martínez
Para las personas es más importante su perfil de Fb que su currículum vitae
Ramón Cuevas
Veo en el face el posteo de un alcalde poniendo la primera piedra de lo que será un nuevo pozo de agua que acabará con muchos años de falta del vital líquido en una colonia popular.
La foto deja en segundo término la importancia del pozo y se centra en hacer muy buenas fotos del alcalde saludando a otros funcionarios que lo acompañan.
En el perfil digital de otro municipio veo en twitter la foto de una alcaldesa presidiendo una reunión de seguridad pública, que se lee en el proscenio, ella señala en el tuit que estuvo presente en la reunión y aprovecha para mostrar su mejor sonrisa.
En ambos casos la comunicación relata una sonrisa perfecta de ambos ediles, con la mejor actitud, mostrando que están a gusto con su trabajo y que la frescura es componente fundamental para comunicar bien.
Estas imágenes las encuentro en la mayoría de los perfiles de los funcionarios y directivos públicos, con mucha similitud, las mismas posturas, los mismos mensajes, una y otra vez.
Una nueva forma de comunicación, diferente a la anterior, también la encontré en varias cuentas de ediles, es una manera más “cool” de mostrarse, ahí se puede ver al alcalde, sin el retrato completo de su figura, solamente muestra un brazo levantado a manera de victoria, prometiendo que acabará con la delincuencia. Otro día también se ve al alcalde corriendo por la mañana acompañado de su perro. Los dos posteos son bastante “cool”.
Esta nueva forma de comunicación digital saca al alcalde de su perfil de autoridad y lo acerca al rol de una persona normal, potenciando simpatía, sencillez y espontaneidad.
Debemos estar preparados para ver estas dos maneras de comunicación digital, la primera, consistente en una infinita cantidad de fotos de presídium, donde se destaca la bonhomía y el buen carácter del funcionario, desafortunadamente con muy poca información sobre el sentido del evento o la reunión que está presidiendo, pues las redes sociales no permiten tanto texto, y, si hay que hablar, primero habremos de hacerlo de quien está en la foto y luego del trabajo.
También veremos comunicación “cool”, consistente en más imágenes de cumpleaños, de paseos en bicicleta, comiendo esquites o alcaldes sentados en el mercado comiéndose una pancita.
Los gestores de comunicación trabajan días y horas en cuidar los dos tipos de comunicación, el único problema que pronto llegará para estas formas de comunicar es que se piensa que transmite que alcalde trabaja (en el primer caso), o que es “buenísima onda” (en el segundo caso), y digamos que no siempre sucede así.
Lo cierto es que la comunicación digital municipal cada vez comunica menos y genera posturas estandarizadas difíciles de creer, sobre todo cuando después de ver al alcalde en el face comiéndose un elote, pasa junto a nosotros con tres guardaespaldas y sin saludar a nadie.
Esta nueva forma de comunicación digital me recuerda un libro que se publicó hace ya algunos años: “Marcos, la genial impostura”, que desenmascaró a un guerrillero mexicano, ídolo de toda una generación, al demostrar que su postura pública perfectamente construida, no correspondió nunca con lo que en la realidad perseguía. No les voy a decir que perseguía para que lean el libro.
