Eric Rosas
Horizonte mexiquense 2030
Para estas fechas dentro de un año, ya habremos de saber quién resultó electo para dirigir el destino de la entidad más poblada de México, durante el sexenio del 2023 al 2029. Tras los comicios de ayer, la carrera por la gubernatura del Estado de México ya ha dado inicio, al menos de manera velada. Como es habitual, los aspirantes buscarán convencer a la mayoría de los mexiquenses de que representan la mejor opción para dirigir a la segunda economía del país y en este afán harán alianzas con tantos gremios como les sea posible. Pero, a diferencia de lo sucedido hasta ahora, en esta lista de agrupaciones tendrán que incluir a la académica, que en lo que va del actual sexenio federal ha recibido el peor trato de la historia reciente y, con ello, ha decidido involucrarse activamente en los procesos electorales de todo el país, no siendo la excepción el de la entidad mexiquense.
Dado el sinnúmero de agresiones que la comunidad académica y de investigación científica de México ha sufrido desde la llegada del presidente López a Palacio Nacional, quien incluso ha proferido él mismo insultos en contra de los científicos y permitido que la titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología entregue recursos públicos a sus familiares y emprenda una cacería en contra de sus enemigos personales, quien resulte candidato a la gubernatura del Estado de México por parte del partido de López, tendrá muchas dificultades para explicar a este informado gremio los porqués de la estrategia seguida durante la pandemia, el impacto ambiental de los megaproyectos, el manejo de la economía nacional, etc. Pero, sobre todo, será difícil convencer a los científicos de votar por un proyecto que a nivel federal ha quitado recursos a las instituciones de educación superior, reducido considerablemente el apoyo para que los jóvenes continúen con sus proyectos de especialización profesional en México o en extranjero, finiquitado los fideicomisos para ciencia y tecnología, coartado la libertad de investigación y pretendido que la juventud deje de aspirar a desarrollarse en un México globalizado.
Por la otra parte, quienes desde la oposición busquen ganarse la preferencia de este sector en la entidad mexiquense, tampoco deben pensar que podrán obtenerla de manera automática. Será necesario que profundicen en la factibilidad de sus proyectos de apoyo a la ciencia y la tecnología, así como de fomento de una política industrial basada en la innovación, para un estado con un número precario de centros de investigación y desarrollo, una producción raquítica de propiedad industrial y un rezago sustancial en la formación de talento en los campos de vanguardia a nivel mundial. Aspectos que típicamente han sido considerados como secundarios al momento de definir la estrategia electoral de los candidatos.
Sin embargo, con uno de los mayores bonos demográficos de México y una inmigración incesante, la entidad mexiquense no puede continuar creciendo inercialmente en materia económica, debe transformar su planta productiva a fin de estar en condiciones reales para elevar el nivel de vida de sus habitantes. Esto requiere optimizar la transferencia de tecnología, lo que implica articular de manera eficiente al ecosistema estatal de ciencia, tecnología e innovación. Será oportuno replicar las acciones exitosas que en esta materia han realizado otras entidades, como modificar la estructura orgánica de la administración para crear las entidades que puedan atender a estos sectores de manera efectiva, por ejemplo, una fundación mexiquense para la ciencia y una secretaría de tecnología e innovación.
Lo anterior, dicho sin aberraciones.
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