Eric Rosas
Sagitario A*
Este pasado jueves 12 de mayo el equipo del proyecto del Telescopio del Horizonte de Eventos (EHT, por Event Horizon Telescope) dio a conocer la imagen del agujero negro que se encuentra en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea. La imagen de Sagitario A*, como se ha denominado a este astro tan relevante para nuestro vecindario galáctico, se presentó de manera simultánea en todos los países del mundo que albergan a los ocho radiotelescopios que forman parte de esta colaboración internacional, y aquí en México el anuncio fue dado por los astrofísicos que operan el Gran Telescopio Milimétrico “Alfonso Serrano” (GTM), ubicado a una altitud de 4 580 metros sobre el nivel medio del mar, en la cumbre del volcán extinto Tliltépetl, que es mejor conocido como Sierra Negra.
De igual manera a como sucedió en abril del 2019, cuando el equipo internacional del proyecto EHT entregó a la humanidad la primera imagen de uno de estos objetos tan peculiares, el localizado en el centro de la galaxia Messier 87 (M87) o Virgo A, la imagen del Sagitario A* es una construcción artificial realizada con base en los cientos de miles de datos obtenidos a lo largo de mucho tiempo por estos ocho instrumentos, que en conjunto integran un telescopio virtual de enorme tamaño.
La consecución de la imagen de Sagitario A* continúa fortaleciendo a la Teoría de la Relatividad General propuesta por Albert Einstein hace más de un siglo y cuyas predicciones siguen cumpliéndose con sorprendente exactitud. Según la física, los agujeros negros son lugares del universo, con dimensiones infinitesimales, en los que se encuentra concentrada una gigantesca cantidad de materia, de ahí que se conozcan con el nombre de “singularidades del espacio-tiempo”. Conforme a lo que hasta ahora se sabe, los agujeros negros pueden formarse, por ejemplo, a consecuencia de la implosión de estrellas con masas decenas de veces mayores a la de nuestro Sol, por lo que su concentración en un volumen tan minúsculo ocasiona una inmensa atracción gravitacional que es capaz de succionar toda la materia, e incluso la luz carente de masa, que se acerque más allá de un perímetro conocido precisamente como el Horizonte de Eventos.
Aunque la presentación de la imagen de Sagitario A* no ha causado tanto asombro como sucediera con el M87, su obtención representó inclusive un esfuerzo mayor, pues la relativa cercanía que este agujero negro tiene con el EHT impuso retos mayores a los de la singularidad en Virgo A, mismos que fueron superados gracias a la estrecha colaboración de las más de tres centenas de científicos en los ocho radiotelescopios participantes y muchas otras instituciones académicas en varios países. En México estos esfuerzos han debido hacerse, además, en medio del ambiente hostil propiciado por el discurso ideologizado que a diario profiere la actual titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, entidad coordinadora del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica del que depende el GTM.
Quizá por ello es que resulta sumamente ofensivo para la comunidad científica de México, que la bióloga María Elena Álvarez-Buylla Roces haya osado participar en el anuncio a lado de los científicos a quienes tanto ha agredido y para colgarse la medalla de un logro de LA CIENCIA, esa a la que la infame directora ha descalificado con epítetos propios de los regímenes más autoritarios que ha sufrido la humanidad. No olvidamos, por ejemplo, que la susodicha se ha atrevido a calificar el arribo a la Luna como uno de los avances más inútiles de la tecnología.
Lo anterior, dicho sin aberraciones.
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