Blancaharem es tan fea como un cerdo bofo. La textura de su cara: nopal. Tiene cabello del color de un cuervo, boca lija escarlata y treinta y siete años. Vive en Huasca de Campo, un lugar rodeado de neblina, con sus esclavos: los gnomos Stalko, Shabu, Roqueta, Oso Negro, Pastover, Caleidoscópico y Tripi. Su cabaña está cercada por maleza y serpientes. El paisaje: prismas basálticos y cascadas.
Su varita mágica, un látigo con el que domina a los gnomos. Estos limpian la casa, cocinan, le hacen masajes, manicura y pedicura, cosen sus vestidos, cortan leña y trabajan como guías de turistas. Lo que ganan se lo entregan a Blancaharem y ella les coloca un chip de localización bajo el brazo para que no escapen.
Stalko, quien usa anteojos, es el líder y el más viejo. Es maestro de Blancaharem: le enseña historia del arte, literatura y el Kamasutra. Ella no presta atención por mirar sus uñas recién pintadas de rosa pastel. “Estudia” para sentirse intelectual: es la burla de los habitantes del pueblo. No le gustan las posiciones que le obliga a enseñarle, son dolorosas, sobre todo el mono. Si no la obedece, ella le pega con la fusta. Dejó hace años las drogas y el alcohol y medita cuando siente debilidad, es difícil en ese infierno.
Todas las noches Shabu vomita bilis. No habla, grita como carretonero. Rompe platos y arroja con manotazos todo lo que encuentra a su paso, es un huracán. Los demás gnomos casi pierden el trabajo por sus peleas constantes. Es aficionado a la bebida y tiene botellas escondidas en sus botas. En una ocasión le dio una cachetada a Blancaharem. Ella lo encerró en la alacena. Era tanta la rabia del gnomo que despedazó la puerta. Al salir los golpeó. Stalko lo enclaustró en el sótano.
Cuando Blancaharem quiere placer exige que lo lleven a su habitación. Ella es una dominatriz, ejecuta el acto con furia, lo azota con el látigo en las nalgas. Él percibe cuchillos que se derriten en su piel; ella lo flagela con más fuerza. El deseo crece y ella, gimiendo, lo fustiga hasta que una hebra de sangre resbala por su pierna y alaridos resuenan en la habitación. Él no puede sentarse, las heridas le arden y maldice en un grito.
Los mocos de Roqueta terminan embarrados en los muebles, vasos, cucharas… Los gnomos creen que es alérgico al polvo. No para de estornudar por la cocaína. En las noches sale por la ventana y se dirige al pueblo a buscar clientes para prostituirse. Los lleva al bosque alejado de la cabaña para poder pagar su perico.
Una noche, Blancaharem revisó antes de acostarse el GPS yse percató de que Roqueta se encontraba en el pueblo. Furiosa, se desquitó con los demás gnomos, los golpeó con el látigo. Cuando Roqueta regresó le propinó tal paliza que le fracturó la nariz. A pesar de ello, Roqueta no deja de arriesgarse y escapa. Ella, fastidiada, le da permiso de salir y lo obliga a entregarle el dinero que gana. Él se queda con una parte para pagar su droga.
Oso Negro es tartamudo, habla bajo, es el más temeroso, fuma dos cajetillas al día, no deja de temblar. Blancaharem no soporta su pestilencia y tufo agrio, le provocan náuseas, sólo lame su pene como una paleta y le da las actividades más pesadas y denigrantes, como limpiar los mocos de Roqueta esparcidos en toda la cabaña, cambiarle los pañales a Pastover, lavar los escusados y limpiar la sangre cuando los azota.
Pastover es un gnomo con frutilupis en el cerebro. En una riña de cantina le dispararon y la bala rozó su cabeza. Para Blancaharem es su oso de peluche, duerme en una cuna. Le da chocolates, caramelos, sonajas y juguetes.
Caleidoscópico siempre está eufórico gracias a la heroína, lo hace sentir que es un rapero, no para de cantar. Trató de suicidarse porque alucinó que Darth Vaderlo apuñalaba con su sable de luz. Estuvo loquísimo, se enterró un cuchillo en el estómago y, al ver la sangre, no paraba de reír. Blancaharem se enojó porque tuvo que gastar en un doctor. Se recuperó. En sus “viajes” va a la alacena y devora todo lo que encuentra. Otras veces se dirige a la cama de Blancaharem; ella juguetea con su pene flácido, le gusta que lo haga. Harta de que los deje sin desayunar, ella decide colocar un candado al refrigerador y cerrar con llave la despensa. En la madrugada, Caleidoscópico va en busca de comida. Al palpar el candado y no poder abrir se dirige a la cama de Blancaharem. Cogen hasta que amanece.
Tripi va a todos lados con sus calcomanías, las pega a su lengua y un vaho de múltiples colores sale de su boca. Se divierte al ver a la gente transformada en pitufos. Es poeta y todo a su alrededor lo transforma en rimas; se maravilla con el cielo verde, las hojas azules al brillar con el sol, escarabajos fosforescentes, los prismas de azúcar… Él es Romeo y su verdugo, Julieta. Los golpes e insultos son su poesía.
Una vez Blancaharem le exigió que se disfrazara de burro, caminara en cuatro patas y rebuznara en la plaza del pueblo. Ella se carcajeaba como bruja despiadada. Para Tripi fue una declaración de amor. Los gnomos sintieron pena por él y le dieron una calcomanía. De regreso a la cabaña una estela burbujeante acompañaba a Tripi. Él no dejaba de contemplar los colores del atardecer, en ese momento más violetas, y a los hongos con ojos gigantes (sentía que lo devorarían). La cara de su Julietatomaba forma de margarita, le pedía que la besara, su corazón palpitaba muy fuerte.
Blancaharem posee en un hongo gigante a aquellos gnomos pequeños e indefensos. Piernas y brazos entretejidos en una maroma, los labios de Blancaharem lamen sus cuerpos y un espasmo escapa en una carcajada. Ellos quedan atrapados en una burbuja de terror.
Una mañana tocan la puerta. Blancaharem amenaza a los gnomos y los obliga a esconderse en el sótano. Abre. Son los de derechos humanos y de la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos de Trata de Personas. Grita descontrolada y no logra impedirles el paso. Tiran objetos al piso, desacomodan los muebles, deshacen las camas. En el sótano descubren a los gnomos asustados y arrinconados, rogando que no les hagan nada, repitiendo que son inocentes.
Blancaharem sale esposada y escoltada por dos policías, quienes la suben a una patrulla. A los gnomos los meten en una camionetapara trasladarlosa la procuraduría de Pachuca, a fin de que rindan su declaración contra Blancaharem.
A Blancaharem no pudieron imputarle los cargos de privación ilegal de la libertad y violación agravada. La dejan ir por falta de una orden de allanamiento, por impedirle realizar una llamada y porque la declaración la hizo sin que estuviera su abogado. Ahora vive en Tenancingo, Tlaxcala.
A los gnomos les quitaron el chip y los liberaron.
Stalko imparte clases de arte y literatura en una preparatoria de Ciudad Sahagún. Se llevó consigo a Pastover y se hace cargo de él. En las tardes, a las mamás de sus alumnos les enseña el Kamasutra y el Jardín perfumado.
Shabu asiste dos veces por semana a Neuróticos Anónimos y toma terapia para curar su alcoholismo. Se casó con una de sus compañeras. Es director técnico en el ayuntamiento de Huasca de Campo en el área de turismo.
Roqueta es narcomenudista.Vive en Tepito.
Oso Negro ha intentado varias veces dejar el cigarro, pero sus temblores aumentan cuando trata de dejar ese vicio. Ahora trabaja en un circo como domador de leones.
Caleidoscópico es un rapero famoso. Cada noche duerme con una mujer distinta.
Tripi se volvió gurú. Para olvidar a Blancaharem, se fue a la India. Estafa a sus seguidores con la teoría del humo del arcoíris para alcanzar el nirvana. Además, es un poeta famoso, multipremiado.
Una vez al año Stalko, Pastover, Shabu, Roqueta, Oso Negro, Caleidoscópico y Tripi se reúnen en una rave para festejar su libertad, en la que consumen ácido y tachas. Brincan, dan vueltas y se transportan a otra dimensión de colores fosforescentes. Las nubes son guerreros de hielo que se los quieren comer; las estrellas, pistolas; la música, gritos diabólicos.
Blancaharem fue enterrada viva por un gnomo que quiso reclutar. Yace en un ataúd esperando que un príncipe la rescate.
