Por Lucio Ramírez Medina*
En México y en el mundo entero, prácticamente no hay día sin que se vulnere el Derecho a la Libre Información, con ataques, amenazas y homicidios contra periodistas críticos y los medios en los que laboran, por parte del poder político, del poder criminal y de los poderes fácticos que se sienten exhibidos y afectados en actos de corrupción, a través de opiniones o investigaciones periodísticas.
Nuestro país viene de una añeja práctica oficial de control, censura y agresión hacia el periodismo libre y plural, pero también de una permanente lucha por defender el ejercicio periodístico profesional, de interés público, evadiendo las presiones del aparato gubernamental, máxime en el actual gobierno emanado de la izquierda mexicana, en el que se fincaban grandes esperanzas de prensa libre.
Hay que recordar que el Derecho a la Información tiene reconocimiento constitucional desde el 6 de diciembre de 1977 al quedar asentado en el Artículo Sexto que “la manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa y será garantizado por el Estado. Toda persona tiene derecho al libre acceso a información plural y oportuna, así como a buscar, recibir, difundir información e ideas de toda índole por cualquier medio de expresión”.
Ante la dificultad para hacer realidad este derecho, en el año 2002 se emitió la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública (LFTAIP) y en el 2003 en el creó el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI), como las herramientas que velarían por garantizar tal disposición, mismas que en la actualidad no solo se han visto atacadas, sino también amenazadas de extinguir.
En estos momentos el país vive su punto más álgido, al registrar el mayor número de periodistas asesinados, amenazados, agredidos verbalmente desde el poder público, a tal grado que las protestas han trascendido al ámbito internacional.
No es casual este escenario, si se considera que predomina una política centralizadora, militarista y concentradora del poder en la figura presidencial, que ni en los tiempos del partido único de Estado se imponía una sola voz al país.
La gravedad estriba en que atacar el Derecho a la Información es ir contra la Democracia, la Libertad, la Pluralidad, y la libre circulación de las ideas.
*Licenciado y Maestro en Periodismo
lurame_3@hotmail.com @luciorm