Laura Barreal
¡¡¡Muy apreciadx lectorx!!! Le saludo con mucho agrado para desearle que Usted y los suyos se encuentren gozando de salud plena, manteniendo siempre las medidas preventivas para evitar contagios. Asimismo, me permito expresarle mi gratitud por el tiempo y espacio que dedica en su agenda para dar lectura a éstas líneas, mismas que el día de hoy, dedicaremos a la importancia que tiene la benevolencia en el amor ya que, nos encontramos en el mes de Febrero en que se ha celebrado el día del amor y de la amistad.
Encontré una publicación de Functional Neural Plasticity and Associated Changes in Positive Affect After Compassion Training. Cerebral Cortex. DOI: 10.1093/cercor/bhs142, en la que se toca el tema de la benevolencia, refiriéndose a ella como una cualidad del ser humano con la que demuestra en sociedad que es bueno con los que convive.
Según su etimología, Benevolencia se compone de los términos “Bene” que significa “Bueno” y “Voló” que quiere decir “Querer”. Es decir, que una persona que es Benevolente quiere ser buena con los demás. Sus sentimientos, dictan que las acciones que tiene que tomar deben beneficiar a los demás, incluso si su bienestar se ve comprometido.
Apuntan los autores que… filosóficamente, la benevolencia es el valor que se le aporta a las acciones. Este valor es positivo y es concebido para que todas las acciones a partir de esta, estén constituidas para hacer el bien.
La publicación refiere como es que en sociedad, existe un código que conocemos como ética, citando a la moral como aquel sentido que nace básicamente a partir de la educación recibida en la vida familiar y en el espacio escolar….. Cuando ambas son impulsadas por una persona que demuestra tener buenas intenciones, representa a una figura que es un ejemplo a seguir.
Y mencionan como ejemplo de benevolencia al Santo Padre Francisco, quien con gestos de humildad y una notoria transformación de la iglesia católica, ha enviado un mensaje de paz, unión y comunidad entre las personas del mundo.
Asimismo, la publicación remite a cómo es que, en la actualidad, diversos conflictos gubernamentales y étnicos, incluso bélicos han significado una disminución de las personas benevolentes, en vista de que se ven obligados a cuidar el bienestar de sus intereses y de sus personas más cercanas. Cuando una persona es benevolente, es excepcional, es diferente y destaca.
Y si lo pensamos, hoy por hoy, las ideologías que van permeando la vida familiar y la vida social, como el individualismo, el egoísmo, el materialismo, el consumismo y otras más, invitan a las personas a pensar solamente en ellos mismos y obviamente, la benevolencia ha dejado de tener cabida incluso en el esquema de educación familiar y en la comunidad misma, debido a la prevalencia de doctrinas que han sobrevalorado la singularidad de la persona y cuya manipulación puede alcanzarnos a todos si no conocemos la gran relevancia que tiene en el desempeño personal y comunitario la “lealtad” a las propias convicciones, como fundamento de relación con uno mismo y hacia afuera.
El término “amor benevolente” se refiere a un estado de bondad y compasión incondicionales para todos los seres. Este concepto se encuentra en muchas religiones y culturas de todo el mundo, y la tradición abarca varios miles de años.
A través de la benevolencia, nos disponemos a desear que todas las personas sean felices, iniciando por dirigir la compasión hacia nosotros mismos para que luego, ésta se extienda en círculos cada vez más amplios.
Ahora veamos qué nos sugiere Michael Ryan respecto al tipo de amor que supone el matrimonio cuando plantea que, el amor a primera vista no tiene nada de excepcional. Y señala que, el verdadero milagro es el amor que dura para siempre y crece con los años.
Él nos hace ver que, en una ceremonia de boda donde todo son felicitaciones, fotos, sonrisas y fiesta, las palabras del rito tienen una nota disonante que indica el autor, siempre le ha llamado la atención: “en lo adverso”.
Y al respecto, Michael Ryan refiere….., ¿no parece fuera de lugar y hasta de mal gusto recordar la adversidad en un momento así?….Sin embargo, en esas palabras va toda una visión del matrimonio y del amor. Y lo explica de la siguiente manera:
“Yo te tomo a ti por esposa/o y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad y amarte y respetarte todos los días de mi vida”.
Y analiza que son éstas las hermosas palabras con las que dos personas se convierten en marido y mujer, en la Iglesia Católica y comenta el autor que, durante la vida de la pareja la fidelidad a éstas palabras va a exigir una gran dosis de inteligencia y de virtud. Inteligencia y virtud que suponen un concepto profundo del amor.
Es verdad que cuando las parejas nos acercamos al Sacramento del matrimonio, a través de esas palabras, adquirimos un gran compromiso DE VIDA pues es claro que, a través de tal promesa ambos cónyuges están asumiendo la responsabilidad implícita de trabajar individualmente con el egoísmo a fin de adquirir, por amor, la capacidad de renuncia a sí mismo, para realizar una verdadera “donación” al otro, a fin de contribuir a que alcance su propia plenitud.
Vaya tarea que surge a partir de “amar”…..pero amar de verdad, desarrollando la capacidad de hacer renuncias personales que favorezcan la donación incondicional para lograr el verdadero amor que requiere de “tender puentes” para libarnos de nosotros mismos, del abismo de la soledad que el egoísmo ha creado……….
Así lo expresa Dom Helder Camera en una poesía que comparto con Usted, estimado(a) lector(a)!!! y que dice así:
El puente
“Para librarte de ti mismo,
lanza un puente
más allá del abismo de la soledad
que tu egoísmo ha creado.
Intenta ver más allá de ti mismo.
Intenta escuchar a algún otro,
y sobre todo
prueba en esforzarte por amar
en vez de amarte a ti solo….
Si quieres ser,
perdona que te lo diga,
tienes que librarte ante todo
del exceso de poseer que tanto te llena,
de pies a cabeza”.
Muy estimado(a) lector(a)!!! Creo que bien valdría la pena una reflexión sobre la necesidad que hoy en día tiene la humanidad de encontrarse con la benevolencia en un mundo frío y lejano en sus relaciones humanas en las cuales el instrumentalismo, entre otras ideologías, ha sacado de contexto la calidez que la benevolencia otorga a los actos del hombre, librándolo de sí mismo, para edificar puentes que susciten la alteridad (ver al otro) que tanto se requiere para construir sociedades igualitarias y fraternas que promuevan un mundo más justo y equitativo para las futuras generaciones.
Y…….¡¡¡Hasta la próxima!!! ¡Queridxs lectorxs !
