Lucio Ramírez Medina
¿Hay Capacidad para Brindar Calidad Educativa en Sistema Dual?
La proximidad del nuevo ciclo escolar bajo un sistema dual, en el cual los padres de familia decidirán si sus hijos toman clases presenciales en las aulas del edificio educativo, o se mantienen en el aula virtual desde la plataforma digital del hogar, indudablemente duplicará el reto de las autoridades del sistema educativo.
No se puede reprochar a las autoridades el empeño en hacer efectivo el retorno a clases en los inmuebles escolares con la presencia y la convivencia directa de docentes y educandos, pero tampoco a los paterfamilias su válida preocupación por la seguridad y la salud de sus hijos ante la virulencia con que escalan contagios, hospitalizaciones y muertes en la actual tercera ola pandémica.
Hasta el momento lo que hemos presenciado es únicamente la lucha sorda entre quienes defienden una u otra postura en torno a la decisión de la reanudación de las clases presenciales, manteniendo la opción de las clases virtuales, pero poco hemos sabido de las previsiones para garantizar al estudiantado una educación de calidad en cualquiera, o en las dos, de las opciones que tendrán a su alcance.
El magisterio nacional guarda un preocupante silencio ante la falta de propuesta concretas, planes precisos, acciones de acondicionamiento bajo los protocolos sanitarios, presupuestos definidos para atender las estrictas medidas sanitarias en todos los espacios escolares para el grueso de la comunidad escolar: alumnos, maestros, padres de familia, personal administrativo y de servicios.
Evidentemente, tanto el magisterio como las asociaciones de padres de familia están a la espera de señales certeras y convincentes por parte de las autoridades que conducen las políticas educativas nacionales: la Secretaría de Educación Pública y la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MejorEdu), creada ésta última por el propio gobierno federal en funciones, como parte de la reforma constitucional de 2019. Es tiempo de una comunicación clara.
Lo cierto es que el año y medio de pandemia que obligó al estudiantado a recluirse en los hogares y seguir su educación a distancia, generó una crisis educativa con evidente retroceso, lo cual obliga doblemente a garantizar salud y calidad de la enseñanza bajo cualquiera de los dos esquemas que escojan los estudiantes.
*Licenciado y Maestro en Periodismo
lurame_3@hotmail.com @luciorm
