“El reconocimiento es para mis compañeros y mi familia que me ayudaron a salir adelante en esta prueba”. Es la voz de Epigerly Soto Sánchez, Médico general, quien en el marco de la contingencia sanitaria que vivimos operó en la unidad operativa Covid-19 del municipio de Almoloya de Juárez.
Miguel García Conejo
A más de un año de iniciada la contingencia sanitaria por el coronavirus, en sus manos recibió de autoridades castrenses un reconocimiento que, afirma, no merece.
Recuerda, para diario Portal, cuando inició la contingencia, ella todavía como pasante brindaba sus servicios en un centro de salud, por lo que sus familiares le pidieron que dejara su instrucción para esperar mejor tiempo; sin embargo, dice ella, decidió acudir al llamado que le hacía la patria, y en este caso, los militares para sumarse a la encomienda de protección a las familias contra el Covid.
“Sedena abrió esta convocatoria y yo me uní junto con muchos de mis compañeros de la universidad nos unimos a esta labor no fue pensando en una remuneración económica más que nada por enfrentar esta pandemia uno como médico es un sueño siempre ver por la vida de los demás”, dijo
Esta determinación reconoce le representó críticas y dudas de su familia quienes se mostraban temerosos de que pudiera contagiarse.
“Dar cara de un inicio y enfrentarse algo de lo que no sabíamos realmente fue el principio muy difícil, el primer dicho de mis papás fue que no, el virus la mortalidad obviamente tenían mucho miedo”.
Pero lo que en un principio fue todas, después se convirtió en motivo de aliento de todos los integrantes de su familia.
“Mis papás, mi mamá, mi hermano, siempre fueron mi compañía y ellos en un principio me dijeron que no, después ellos vieron el esfuerzo que yo di para esta decisión y siempre fueron mi apoyo, mi mamá, desde un principio, me hizo mis botitas, me cuidó, mi papá se preocupaba mucho, muchísimo, por mí y por eso siempre los tuve conmigo”.
Recuerda con dolor el segundo pico de la emergencia en el que estaban saturados y no tenían la capacidad para atender a todas las personas que acudían en busca de ayuda, en su caso sólo tenían la capacidad de dar atención primaria.
“Teníamos insumos muy, muy básicos y nos sobrepasaba la demanda. Éramos muy poco personal muy pocos insumos y la gente lo necesitaba entonces esas jornadas fueron de trabajar muchas horas de llegar agotada y seguir para poder salvar todas las vidas”.
Frente al avance de la vacunación que se tiene llamó a las familias a no bajar la guardia y no pensar que sea superado la emergencia toda vez que hasta que no se tenga al menos el 70% de la población vacunada con sus dos dosis.
(Foto: Miguel García Conejo)
