El voto ciudadano, derecho y obligación pero sobre todo, ¡¡¡¡ gran responsabilidad!!!
Laura Barreal Danel
Muy estimado(a) lector(a)!!! Me complace saludarle y desear que Usted y los suyos se encuentren gozando de salud y de las múltiples bendiciones que nos permiten vivir nuestro día a día y que, muchas veces no nos percatamos de que son exactamente eso, “bendiciones” que simplemente damos por hecho. También me permito agradecer el tiempo y espacio que en su agenda del día dedica Usted a la lectura de éstas líneas, las cuales el día de hoy dedicaremos al tema que, hoy por hoy, nos ocupa a los mexicanos, las próximas elecciones.
“El precio de desentenderse de la política es el ser gobernado por los peores hombres”, decía Platón en la Grecia antigua.
Hace unos días me encontré con un interesante texto, publicado por la revista digital “Campestre, la revista de Baja California”, en la cual, el Maestro Domingo nos regala una interesante reflexión sobre el tema de política, con un gran profesionalismo y respeto a quienes se ostentan como políticos o de quienes participan en ella y el Maestro Domingo hace un señalamiento respecto a que, lamentablemente en nuestro país (como casi en la mayoría de los países) esta ciencia se encuentra muy desprestigiada.
El autor comenta que tal desprestigio erróneamente se lo hemos adjudicado a la disciplina misma, y no a quienes operan y participan en ella. Refiere expresiones como “La política es muy sucia”…, “Se politiza el tema” y hasta…., “En la mesa no hay que hablar de política”. Ya que, con esta ciencia, solo se promueve el distanciamiento de las personas, cuando en realidad sería precisamente lo contrario lo que deberíamos hacer.
El Maestro Domingo hace una interesante reflexión refiriéndose a que hoy, el mundo entero atraviesa por dos grandes crisis. La primera, dice él, nos reta a salvaguardar la vida y la salud y una segunda que alude, nos amenaza con doblar las condiciones económicas. Y nos hace notar como en ambas circunstancias la forma y tiempo de salir avante depende del cómo los gobiernos y líderes políticos decidan afrontarlos. De lo cual, enfatiza la importancia de informarse bien para elegir mejor a nuestros representantes.
Y en este sentido se hace referencia al maestro Aristóteles quien recomienda observar las cuatro grandes virtudes fundamentales que todo político debe tener:
- Prudencia
- Justicia
- Fortaleza
- Templanza
Y que corresponden a las cuatro virtudes cardinales. En cuanto a su etimología, encontramos que “cardinal” proviene del latín “cardo” que significa quicio, gozne. Así pues, a las virtudes cardinales se las llama así porque funcionan como quicios o pivotes sobre los cuales giran y se soportan todas las demás virtudes.
1.- La persona prudente siempre piensa en las consecuencias de sus palabras y de sus actos, busca el momento ideal para intervenir, acorde a las circunstancias y generar el mayor bien posible o en su defecto minimizar el daño.
2.- La persona justa procura “dar a cada uno lo que le corresponde”, donde la rigurosidad de su juicio con otros también debe aplicarla para sí mismo, es un acto de madurez y prudencia.
3.- La persona que posee la “fortaleza” como virtud, vence el temor y se sobrepone a todo aquello que lo rebasa y, también “acomete” esto es, actúa para resolver.
4.- La “templanza” es una virtud que permite a la persona controlar sus sentidos y apetitos, sujetándolos a la razón, lo cual significa que no se deja llevar por sus preferencias o apetencias y se capacita y se deja ayudar.
Debemos estar conscientes de que hemos pasado por tiempos difíciles, y poco a poco, vamos saliendo sin embargo, vendrán otras circunstancias, otras crisis, otros problemas, etc. pues esto es parte de la vida y no podemos evitarlo.
Sin embargo, señala el Maestro Domingo, lo que sí está en nuestras manos es esforzarnos por ver la política como ciencia que es. También es nuestra responsabilidad informarnos más para entonces poder participar más activamente en los asuntos públicos.
Desde luego, una forma de participación es ejercer nuestro derecho y obligación de salir a votar en las próximas elecciones, eligiendo responsablemente a quienes nos representarán y tomarán decisiones, las cuales definitivamente impactarán a todos y cada uno de nosotros. Informarnos y capacitarnos personalmente con un compromiso de mejorar como persona, a nivel individual y así, con la autoridad moral que solamente nos concede la congruencia en nuestro actuar, podremos exigir, profesionalismo, compromiso y resultados de nuestros políticos. Lo cual, desde luego, no es cosa menor.
Y no se trata solamente de exigir, sino de comprometernos a hacer un esfuerzo personal para construir mejores familias, más integradas, educar con valores, mediante el testimonio que los padres demos a los hijos a fin de que podamos todos contribuir a la reconstrucción del tejido social de nuestro país, que tanto lo necesita para ser la gran Nación que todos hemos soñado y heredar entonces a los generaciones venideras un México mejor.
De ésta manera estaremos entre todos, de la mano con nuestros representantes, haciendo frente y dando solución a nuestros problemas, lo cual es conveniente para todos. Las propias convicciones serán una guía preponderante para no quedarnos quietos o ir en sentido contrario, sin razonar y sin capacidad de análisis, solamente por seguir una corriente de pensamiento o tal vez, por quedar bien con los amigos o conocidos, lo cual tendrá un costo social muy alto. Seamos mexicanos por convicción personal!
Queridx lectorx …..Deseo que la jornada electoral que se aproxima podamos vivirla como una verdadera fiesta de participación ciudadana, con la convicción de que nuestro voto representa nuestra propia contribución para la construcción del México que todos queremos y nos merecemos.
Y … Hasta la próxima, queridx lectorx
