Aranxa Solleiro
Entre las oportunidades de rescatar a la actividad turística y auspiciar su mejor desarrollo dentro de una de las ciudades menos visitadas del país, como lo es la capital mexiquense, la unión entre comunidades y sus recursos es primordial para incentivar una mejora en el sector.
Si bien es cierto que las políticas turísticas y atención de ineficiencias por parte de cuerpos gubernamentales han permanecido difuminadas por varios años, la solución se presenta –como es debido- en las manos de los prestadores de servicios y personal turístico.
Un ejemplo de ello se desarrolla dentro de uno de los edificios con más aportación a la identidad de Toluca, puesto que desde 1909 ha sido parte esencial para los citadinos, funcionando como tienda de materias primas y tienda de raya bajo el nombre de “El Crédito”. Por su arquitectura, el Instituto Nacional de Antropología e Historia lo mantiene protegido, preservando su magia en cada detalle.
Para impedir su deterioro, aquel espacio perteneciente a la familia Dosal en un inicio, fue adoptado por emprendedores turísticos con el objetivo de impregnar las paredes históricas que lo conforman, con destellos luminosos que crean un ambiente inaudito dentro de la urbe, dando como resultado uno de los espacios de hospedaje más extraordinarios no solo de la ciudad, sino de la entidad, puesto que es el único que cuenta con un estilo de los años 50 en su diseño.
Saliendo de los aspectos minuciosamente estilísticos, el Hotel Margarita trabaja en conjunto con cooperativas indígenas que proporcionan su artesanía de cultivo cafetal para ofertarlo a los huéspedes, beneficiándolas con la recepción de ingresos equitativos que los mantengan participantes en la esfera social.
Desde 2019 se llevó a cabo su inauguración, sin embargo por cuestiones pandémicas, su funcionamiento ha sido solamente de meses, por lo que la convierten en la organización de hospedaje más joven de Toluca. Presentando un sentido de resiliencia ante la adversidad mundial que se habita.
Uno de los puntos mencionados en la teoría de la producción del espacio, se centra en la apropiación del mismo para su mutación y adaptación al territorio al cual pertenece, en este sentido “el Margarita”, ha sabido abrazar las virtudes que el espacio ya comprendía en sí, puesto que en lugar de destruir los detalles que enaltecen al sitio –como la gran mayoría de empresarios turísticos lo hace-, supo protegerlos para revalorizarlos.
Los edificios también, pueden formar parte de un inventario turístico en ciudades, dentro del mismo se pueden generar recorridos culturales donde los visitantes no solo se centren en un objetivo convencional de hospedaje, sino en formar parte de la historia fraguada en los pisos y techos que hoy lo conforman.
Zeltizin del Ángel, encargada de Relaciones Públicas del lugar, enfatizó en entrevista, que son una empresa nacional con la intención de resaltar la belleza del lugar al que pertenecen, es decir Toluca. Siendo inclusivos no solo con su sistema organizacional conformado en gran parte por manos indígenas, sino por trabajadores originarios, con la intención principal de la conservación del patrimonio material de la ciudad, el cual por años, ha sido olvidado por muchos y por lo mismo, poco conocido y apreciado por nuevas generaciones.
El Margarita se encuentra ubicado en la Calle Benito Juárez #205, casi esquina con Lerdo y con emoción comparte que para aminorar la batalla incesante durante el año pandémico, ofrecerá durante la semana en curso, un descuento del 10 % a quienes consuman en el sitio, esperando no solo mejorar las ganancias, sino con el fin de abrir la puerta a un mundo fulgurante que subyace en él.
(Foto: Cortesía )
