DON DÁMASO
“Una buena conversación debe agotar el tema, no a los interlocutores”.
Winston Churchill
PONIENDO LAS CARTAS SOBRE LA MESA: El filósofo israelí Yuval Noah Harari, autor de Sapiens: De animales a dioses, Homo Deus: Breve historia del mañana y 21 lecciones para el siglo XXI; dice que dos habilidades principales marcarán la diferencia entre sobrevivir y sucumbir a las perturbaciones sucesivas en el trabajo: las relaciones y la política. Para ello, es necesario recuperar el valor de la conversación y de la empatía y ello se logra a partir de reconocer de que, hablar y escuchar con atención, son habilidades fundamentales en las relaciones y en la política.
MANO GANADORA: Sherry Turkle, psicóloga de Harvard y del MIT, dice que: La conversación cara a cara es el acto más humano, y más humanizador, que podemos realizar. Cuando estamos plenamente presentes ante otro, aprendemos a escuchar. Es así como desarrollamos la capacidad de sentir empatía.
Es por esta razón, que recuperar la conversación es un paso hacia la recuperación de nuestros valores fundamentales como seres humanos. Conversar es imaginar otra mente, empatizar, disfrutar de los gestos, del humor y de la ironía del medio de comunicarse que constituye el intercambio de palabras.
Desde hace poco más de una década, la conversación ha entrado en terapia intensiva. Sin conversación somos menos empáticos, conectamos menos con los demás, somos menos creativos y nos sentimos menos realizados. El COVID-19 ha hecho evidente esa crisis de empatía, pero también, ha sacudido a las personas para revertir esa crisis.
JUGANDO CON LAS CARTAS BOCA ARRIBA: Se han cumplido 365 días de la pandemia en el mundo, pero gracias al internet y al zoom, también se han cumplido mas de medio centenar de charlas los sábados por la noche con reuniones familiares altamente significativas y útiles para circular animosos por esta época de tiempos duros. Les platico de esta actividad on-line que propicia las conversaciones en donde afloran la empatía y la intimidad y en las que la acción social se fortalece.
Una familia mexicana como muchas otras de compatriotas que distinguen a nuestro país, se reúnen a dialogar cada sábado a partir de las 19:00 hrs y hasta las 21:00 o por más tiempo de acuerdo a como fluya la tertulia, para comentar sobre tópicos de interés común: la vida, la felicidad, la salud, el arte, la cultura, los libros, el cine, la convivencia del día a día, historias de familia, anécdotas, gratos recuerdos y remembranzas de quienes ya se han ido y que con su ejemplo de vida han dejado huellas indelebles como modelo para la posteridad.
En promedio se conectan 15, pero a veces se reúnen hasta 30; la modalidad consiste en que una persona presenta un tema de interés apoyado en un power point, videos, fotografías y lo que sea necesario para despertar el apetito sobre la materia que se aborda, interviene entre 30 y 40 minutos, al concluir, toca a los conectados hacer comentarios, preguntas, precisiones y es justo ahí, en donde se detona la suculenta conversación que alegra, instruye, divierte y empatiza a todos los que aparecemos en pantalla.
El encuentro intergeneracional fluye en espontánea sincronía a pesar del amplio espectro de edades que va de los 15 a los 85 años. Todos se conectan puntuales a la hora de la convocatoria desde la comodidad de sus hogares y pueden desconectarse cuando les plazca. A diferencia de una reunión presencial (en físico) aquí interactuan todos sin hacerse las clásicas “bolitas” por afinidad o por edad, que se dan en las tertulias tradicionales.
La iniciativa surgió de una mujer con una mente brillante, que goza del reconocimiento en el ámbito familiar, gracias a su gran corazón, carisma, empatía y liderazgo que convoca, evoca y provoca. El decanato es otra mujer, que con sus 85 años a cuestas, es experta en redes como facebook y WhatsApp, distinguida por su gran entusiasmo y participación, le corresponde izar el estandarte litúrgico de la noche, interviene para acotar y subrayar lo que considera valioso, y, al final, clausura mediante un mensaje puntual y cordial, que aprieta el tejido familiar y cohesiona los sentimientos de identidad, tradición y orgullo familiar. Otra destacada mujer de la familia, encuadra lo platicado y borda fino la carpeta que resume lo expuesto en la noche; en fin, una colección de momentos agradables que han acercado a la familia de manera virtual y afectiva, pero sobre todo, las conversaciones sabatinas son un gran bálsamo para aceitar la resiliencia y aportar un valioso combustible para enfrentar con éxito y optimismo, las vicisitudes de la semana y con renovado ánimo acudir a los coloquios sabatinos.
AS BAJO LA MANGA: ¿Y por qué les compartí todo esto? Bueno, pues resulta que esta columna esta celebrando el tercer aniversario del inicio de su publicación y por ello, consideré dedicarla a dos valores fundamentales de las sociedades ilustradas: la conversación y la empatía.
Es nuestra responsabilidad legarles a las nuevas generaciones, lo más preciado que sabemos: debemos compartirles mediante la conversación, nuestra historia, nuestro patriotismo, nuestras experiencias, compartir con ellos lo que creemos que hemos hecho bien y también lo que creemos que hemos hecho mal. Nuestras “balas de plata” que han dado en el blanco para cumplir nuestras metas y nuestros sueños; en fin, nuestros tiempos de luz y de sombra, de frío y de calor, ya que al final, hemos aprendido que así es como se forja el acero
