Ximena Barragán
Si bien en últimos años el movimiento feminista ha “ganado terreno” entre las mujeres del mundo, aquellas que nos identificamos con sus principios pero carecemos de un respaldo académico o filosófico podemos enfrentarnos a disyuntivas cotidianas en las que podríamos vernos inmersas en prácticas ajenas o incongruentes con la ideología que buscamos seguir.
¿Qué es el feminismo?
Para evitar estas confusiones y hesitaciones, la especialista en género y políticas públicas, Karla Castañeda, sugiere empezar a entender al feminismo como “una postura ética y política ante las situaciones de violencia que vivimos las mujeres cotidianamente”; política desde lo personal como político y ética desde la empatía con otras mujeres y la congruencia en el devenir cotidiano “ entender que no estamos solas en esta cuestión de la violencia, muchas hemos vivido situaciones similares”
El patriarcado no ha muerto
Dicha postura surge como respuesta a un sistema, el patriarcado, que incluye los ámbitos político, económico, sexual que ponen en desventaja a las mujeres ante los hombres, en el que nosotras ocupamos un lugar de sumisión y servicio para que ellos puedan trabajar, escalar y realizar lo que desean; y que tiene como consecuencia una ideología machista, cuyas ideas promueven estereotipos de mujeres madres, femeninas y sumisas.
Aunque los avances son claros, en algunos sectores de la población, es importante tener claro que no todas las mujeres tienen acceso a muchos de los privilegios. “Que tengamos derecho a estudiar no garantiza que todas las mujeres estudien, aún hay mujeres que son intercambiadas por productos o dinero… sería un error pensar que el patriarcado se ha terminado , nos estancaríamos”.
Además de las más obvias y extremas manifestaciones del machismo y prevalencia del patriarcado, aún entre las mujeres más preparadas y privilegiadas, permean ideas y esquemas de reproducción patriarcal, en las prácticas más cotidianas como la elección de nuestra apariencia o nuestras motivaciones para mantener ciertos patrones que nos representen la aceptación social, y de los hombres.
Autocuestionamiento, crítica y ética en la prácticas cotidianas
“La estética y la feminidad son inventos masculinos que se imponen a las mujeres”, afirma Castañeda, quien reconoce la normalidad con la muchas mujeres interiorizamos estas exigencias hasta asumirlas como propias, sin embargo, reflexiona “es importante cuestionarnos hasta qué punto hacemos las cosas por decisión propia y para qué las hacemos, si se trata de elementos de nuestra identidad o estamos buscando la aprobación”.
En este sentido, el feminismo es una postura crítica que busca analizar lo que el discurso implica, no desde una posición de ataque a nosotras mismas o a otras mujere, sino en la búsqueda del racional detrás de las motivaciones y acciones: “ subimos selfies y vendemos fotografías de nuestra desnudez porque es empoderante o porque buscamos aprobación y no tenemos acceso a trabajos bien remunerados”.
Selfies, Only Fans y feminidades trans; las nuevas preguntas del feminismo
Precisamente estas nuevas preguntas son las que el feminismo de hoy plantea, analiza y dialoga, “ ya analizamos las maternidades pero ahora hay nuevas prácticas que merecen nuestra atención las selfies, las nudes, only fans … las feminidades trans”.
Sororidad, más allá de lo banal, una hermandad de lucha
Retomando la ética, en el análisis de estas conductas o costumbres, que se dan en las charlas entre y se plantean desde los distintos feminismos, es importante partir desde la sororidad como una condición de hermandad, en la que las mujeres nos reconocemos como víctimas, todas, de alguna violencia machista, nos apoyamos y buscamos “crecer y sanar y derrocar al sistema juntas… aunque no nos hayamos tratado, no nos conozcamos, vamos en esta lucha juntas”.
Para conocer la entrevista que da origen a este texto visita las redes sociales de Portal, Diario del Estado de México.
(Foto: Captura de Pantalla /Web)
