Lucio Ramírez Medina
Los más pobres, marginados de las nuevas tecnologías digitales, y cuya única opción educativa ha sido desde siempre la instrucción presencial en improvisadas aulas, son las principales víctimas del cierre de escuelas y de la educación a distancia durante la pandemia del Coronavirus, que se ha prolongado por más de un año y no presenta expectativas alentadoras en el corto o mediano plazo.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) analizó esta problemática mundial y encontró que un total de mil 500 millones de niños fueron afectados por estos cierres, lo cual dejó al descubierto que las desigualdades generan enormes brechas en el acceso a la educación a distancia, dado que tres cuartas partes de la niñez en edad escolar, sin acceso a la modalidad de educación a distancia, viven en zonas rurales.
Unicef destaca que la educación es un derecho de todos los niños, niñas y adolescentes, independientemente de la contingencia de Covid-19, pero las escuelas están cerradas y los maestros y maestras han tenido que cambiar sus clases presenciales a una modalidad en línea, lo cual margina a los más pobres por no tener acceso a la tecnología digital, por lo cual ha instado a los países a que den prioridad a la reapertura de los centros escolares, en condiciones de seguridad cuando empiecen a disminuir las restricciones de los confinamientos.
El organismo que trabaja en más de 190 países por medio de programas de cooperación y de Comités Nacionales, reconoce que en México las mamás y los papás realizan un importante esfuerzo y dedicación para apoyar a sus hijos en las tareas escolares y en el aprendizaje a distancia, donde esto es posible.
La relevancia de esta acción radica en que la educación es una forma de brindar estabilidad y seguridad a la niñez, dado que ayuda a implementar una rutina, a utilizar su tiempo de forma productiva y así afrontar el trauma, el estrés y el miedo que pueden estar sintiendo a causa de la pandemia.
De ahí la importancia de atender la educación intercultural y bilingüe, calidad e inclusión educativa, educación secundaria y media superior, atendiendo pobreza, nutrición y desigualdades. Los gobiernos no pueden soslayar tal responsabilidad.
*Licenciado y Maestro en Periodismo
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