Aranxa Solleiro
Si ubicáramos el tiempo en un 2020 temprano, relataríamos que en un día de la semana común a las 13:34 de la tarde, los locales o alacenas -como mejor se les conoce-, dedicados a la venta de comida en Los Portales, están saturados, rebosando de gente deseosa de aminorar su hambre que –desde las seis o siete de la mañana- no han podido saciar por la prisa matutina para llegar al trabajo a tiempo.
Don Javi, quien hace 70 años fundó una de las torterias más concurridas en la Plaza Fray Andrés de Castro, le ha dado sustento a distintas familias, las cuales han laborado vendiendo sus alimentos. Doña Lucy y su hija, quienes prefirieron no dar su nombre verdadero, trabajan desde hace más de seis años en el local, donde, a pesar del tiempo inconteniblemente complicado, arriesgan el miedo, en tanto que de ello dependerá el alimento para sus hijos, hermanos y familiares en general.
La capital mexiquense es reconocida por su venta de tortas, cuyos ingredientes distan de ser comunes: albóndigas, chile morita, chorizo verde, salpicón, entre otros, atrayendo desde varias décadas atrás, a visitantes de distintas partes de la República, en su mayoría provenientes de la Ciudad de México.
La torteria “Javi”, ha permanecido abierta durante la pandemia, no obstante, sus ventas han disminuido al menos un 60 %, según lo comentado por Doña Lucy, esto debido en gran parte por la escasa asistencia de burócratas y estudiantes alrededor de la ciudad.
“Sí, hemos dejado de vender bastante, pero quienes han sentido más las pérdidas son los dueños del local, nosotros solo vendemos.” Comentó.
De lunes a domingo, en un horario de 10 de la mañana a 6 de la tarde, el local permanece abierto, suplicando tener por lo menos un poco más de lo que se ha obtenido desde el inicio de la crisis.
Entre semana, se venden aproximadamente de 20 a 25 tortas, el fin de semana por otra parte, antes del reciente cierre de actividades por el regreso a semáforo rojo epidemiológico, se vendían de 40 a 45. Al día de hoy, se redujo a 20 por día o incluso menos, especialmente los domingos, cuando se ha notado una ausencia considerable de citadinos en el Centro Histórico.
“Han sido hasta eso considerados con nosotros (las autoridades y protección civil), porque nos han permitido vender, pero mientras la economía siga mal y el contagio de la enfermedad siga, pues nosotros seguiremos padeciendo todo, o sea que a veces desperdiciamos mucha de la comida que hacemos y no podemos usarla para los demás días, porque eso baja la calidad y además va en contra de las reglas de medidas de salud que debemos tener.” Argumentó.
La promoción para las tortas “Javi”, no existe, en tanto que nunca la han considerado necesaria, por su trayectoria y aprecio de parte de los civiles; por lo tanto, deberán de resistir y sobre todo persistir a través de su calidad en los alimentos. La desventaja a comparación de establecimientos de alimentos y bebidas de mayor capacidad es, que no cuentan con un servicio de entrega a domicilio, dependiendo solamente de paseantes y clientes que lleguen al lugar.
El temor a contagiarse, persiste, en algunos de los locales circundantes, los cuales permanecen en su mayoría cerrados, se han presentado casos no solo de contagios, sino de fallecidos, sin embargo, prefieren no detenerse por la escasa oportunidad de empleo, la cual incrementa día a día.
“Nosotros como todos, estamos expuestos, tenemos ya muchos conocidos que han padecido la enfermedad o se les han muerto familiares, incluso de parte de nosotros, afortunadamente no nos hemos enfermado nosotras pero no quita que nos suceda, por eso hacemos todo de manera que nos haga sentir seguras.” Compartió.
Dicho esto, el apoyo a negocios locales continúa siendo esencial, más que otros tiempos y con ello, se beneficia la tradición de la ciudad, donde comer en alguna de las alacenas de Los Portales, representa evidentemente, un símbolo identitario.
(Foto: Aranxa Solleiro)
